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Ordenan a restaurante pagar $10 mil en multa por exigir a clientes negros pagar por adelantado

El Tribunal de Derechos Humanos de Ontario, Canadá, ordenó a un restaurante chino pagar una compensación de diez mil dólares por requerirle a un hombre y a tres amigos suyos, todos de raza negra, pagar sus comidas por adelantado.

Los hechos ocurrieron en 2014 cuando Emile Wickham acudió al restaurante Hong Shing, al este de Chinatown en Toronto, para cenar con varios amigos por motivo de su cumpleaños. Luego de que el mesero tomara su orden, les solicitó que pagaran por adelantado sus comidas, antes de servirles. Al cuestionarle al mesero el por qué de la solicitud, éste contestó que era política del establecimiento.

Según el testimonio de Wickham, al darse cuenta que eran los únicos clientes negros en el establecimiento, y al parecerle que la política manifestada no era común, preguntó a otros comensales si se les había requerido pagar por adelantado, a lo que estos respondieron que no. Posteriormente, al ser confrontado por Wickham, el mesero reconoció que había sido la única mesa a la que se le había requerido pagar por adelantado. Wickham solicitó un reembolso y no consumió en el lugar.

En su decisión, la juez Esi Codjoe concluyó que el personal del restaurante violó la sección 1 del Código de Derechos Humanos de la provincia, que garantiza la igualdad de trato al acceder a bienes, servicios e instalaciones, al tratar a Wickham como «un potencial ladrón en espera».

«Se supuso que su mera presencia como hombre negro en un restaurante era evidencia suficiente de su presunta propensión a involucrarse en conductas delictivas», escribió.

El personal de Hong Shing no asistió a la audiencia del tribunal ni envió representación legal. Pero en noviembre de 2015, seis meses después de que Wickham presentara su denuncia de derechos humanos, el restaurante presentó una respuesta al tribunal a través de un abogado. En el documento explicaron que el restaurante «atrae a una multitud transitoria» y que comer e irse sin pagar era común, por lo que adoptaron una política que requería que los clientes que el personal no reconocía como habituales pagasen por adelantado su comida.

Codjoe rechazó esta explicación en su decisión, diciendo que no había evidencia de que existiera tal política, tampoco de que los otros clientes de esa noche fuesen habituales o que el grupo de Wickham fuera informado de esta política mientras estaban en el restaurante.