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Crónica de dos estudiantes de la Inter Derecho en Dubái

Crónica de dos estudiantes de la Inter Derecho en Dubái La Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico, en su tarea por desarrollar líderes altamente comprometidos con la sociedad busca insertar a los jóvenes en programas que nutran sus destrezas académicas, culturales y de liderazgo. Es por esta razón que seleccionaron a dos jóvenes, Katherine CuevasEdgar León, para participar del programa International Youth Leadership Conference que se celebró en Dubai durante la semana del 6 al 11 de abril de 2013. Este es un programa que desarrolla y fortalece las destrezas de liderazgo, las capacidades de negocios, economía y de derecho internacional en un ambiente multicultural entre estudiantes de distintas partes del mundo.

Microjuris se comprometió como uno de los patrocinadores del viaje de los jóvenes con el fin de colaborar con su situación económica y enriquecimiento del derecho internacional.

A continuación publicamos las crónicas del viaje a Dubai como participantes del programa International Youth Leadership Conference de Katherine Cuevas y Edgar León.

Katherine Cuevas

Aprendemos grandes cosas por pequeñas experiencias.
– Bram Stoker

El tercer foro de International Youth Leadership Conference (IYLC) que se lleva a cabo en la ciudad de Dubái en los Emiratos Árabes se celebró durante los días 6 al 11 de abril. El mismo contó con la participación de 17 representantes de 13 países distintos, de los cuales Puerto Rico fue el único país del Occidente representado. Tuve el privilegio de ser electa como una de los dos representantes que tuvieron a cargo dicha encomienda.

La conferencia dio inicio con una cena que se llevó a cabo durante la noche del 6 de abril donde disfrutamos de la presencia y discursos del Presidente de IYLC, el Embajador de los Estados Unidos en los Emiratos Árabes y el Director del Centro Cultural de Dubái. Fue precisamente esta cena la que dio inicio a cinco días intensos de crecimiento académico, profesional, cultural y personal que aun no dejan de sorprenderme.

Toda vez que la conferencia tuvo lugar en los Emiratos Árabes, las simulaciones y ejercicios realizados estuvieron enfocados en el Sharia como sistema de derecho, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo, la Liga Árabe y los problemas que enfrentan los países que la componen. En las simulaciones, no sólo conocimos y discutimos los temas señalados sino también, recreamos diversos escenarios, tales como: reuniones internacionales del Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo y la Liga Árabe y un juicio en Corte bajo la Ley del Sharia. Las simulaciones desarrollaron, fortalecieron y probaron nuestras destrezas de comunicación, debate, negociación, trabajo en equipo, manejo y solución de conflictos internacionales, toma de decisiones, expresión oral, entre otros. Pese al corto tiempo que tuvimos para investigar y prepararnos para ejecutar, la seriedad, el compromiso y entusiasmo que mostraron los participantes permitió que la experiencia se aprovechara al máximo.

Como parte del programa tuvimos la oportunidad de conocer y exponernos a la cultura árabe, ello con el fin de comprender mejor los problemas que enfrentan y proveerle una solución que se ajuste a su entorno. Desde los alimentos que consumen y la costumbre al momento de su ingesta, la vestimenta y su propósito, los matrimonios, la religión, entre otros, fueron algunos de los aspectos culturales enfatizados. El discurso cultural amplió nuestros conocimientos sobre los países árabes y deconstruyó percepciones erróneas que se han comentado a lo largo del tiempo.

La diversidad cultural que permeó durante la conferencia generó un constante ambiente de intercambio de costumbres, creencias e ideas, más allá de aquellas propias de los Emiratos Árabes. Alrededor de 13 culturas e idiomas distintos y, al menos, tres religiones distintas, concentradas en un mismo lugar, despertó en cada uno de los participantes el deseo de conocer más sobre los demás países. Al igual que indagamos sobre los distintos aspectos de otros países, tuvimos la oportunidad de contestar preguntas tales como la ubicación de nuestro país, el idioma, las comidas, la vestimenta, entre otras interrogantes que surgían. Además de las preguntas esporádicas e informales que hicieron los participantes sobre Puerto Rico, la inusual situación política de nuestro país permitió que fuera seleccionada panelista del foro sobre soberanía para exponer el tema del Estado Libre Asociado. Explicar una figura tan particular a estudiantes de otros países, que en su mayoría estudian carreras que no se relacionan al derecho, sin lugar a dudas representó un reto. No obstante, la satisfacción de ver su entusiasmo e interés respecto al tema hizo de la experiencia una inolvidable.

Desde las simulaciones profesionales y actividades culturales hasta la cargada agenda de trabajo tuvieron como propósito retar a los representantes al poner a prueba sus capacidades y destrezas de liderazgo. IYLC creó una experiencia de desarrollo académico, profesional y cultural. No obstante, pese a lo significativo que ello fue, IYLC logró mucho más. Cinco días fueron suficientes para enseñarnos que no existen límites ni impedimentos para lograr cuanto se quiere. Ciertamente, habrán metas que tomen más tiempo que otras pero nunca habrá alguna inalcanzable. Que en el proceso para alcanzar las metas trazadas, lo importante no es la meta o el resultado sino, más bien, lo aprendido en el trascurso. Que los factores tiempo, desconocimiento e inexperiencia son sólo parte del camino y no impedimentos para lograr lo propuesto.

Ahora bien, nada de lo anterior hubiera sido posible sin el apoyo de aquellos que creyeron que IYLC podía impactar positivamente mi vida y hacer de mi una mejor persona y profesional. Su apoyo es la aportación misma al desarrollo y mejoramiento de nuestra sociedad. Por ello, agradezco grandemente el esfuerzo que realizara Microjuris para que fuera parte de esta experiencia de enriquecimiento y mejoramiento personal, académico y profesional.

Edgar León

El proceso de aprendizaje de un estudiante en la Facultad de Derecho debe ser una etapa acompañada de experiencias que nutran su formación académica y que contribuyan a su desarrollo personal y profesional. Por esta razón resulta imprescindible que, además de las enseñanzas impartidas en el aula, busquemos programas que abonen nuevas experiencias que fomenten el aprendizaje desde una óptica distinta. En ese sentido y motivado por el deseo de querer fortalecer mis destrezas de liderazgo me di a la tarea de buscar programas afines con mis intereses para aplicar y participar. En ese transcurso me invitaron a formar parte de la Tercera Conferencia Internacional de Jóvenes Líderes (International Youth Leadership Conference) organizada por la empresa social Civic Concepts International donde se reúnen jóvenes de distintas partes del mundo y de diferentes disciplinas para obtener herramientas de liderazgo, promover intercambios culturales y cultivar la responsabilidad ética.

Durante la semana del 6 al 11 de abril de 2013 tuve la oportunidad de asistir a la Conferencia celebrada en Dubái donde compartí con jóvenes de países como Afganistán, Paquistán, Kenia, Malasia, Indonesia, Nigeria, Suráfrica, Nepal, entre otros. Allí tuve la ocasión de conocer y experimentar nuevas culturas. Además, durante la semana, tuvimos la experiencia de participar en simulaciones reales que nos exponían a la disciplina de las relaciones internacionales. Como parte de este proyecto tuvimos la oportunidad de conocer cómo funcionaba el Consejo de Cooperación del Golfo, preparar la defensa de un caso basado en el sistema legal islámico conocido por Shariah y participar como deponentes en una sesión de la Liga Árabe. Esto tuvo el resultado de probar nuestras destrezas de liderazgo, mejorar nuestras destrezas de comunicación oral en público y enseñarnos a negociar en el entorno de las relaciones internacionales. Como parte del desarrollo de la conciencia cultural también nos educaron sobre el Islam y sus costumbres al visitar una mezquita y el Sheikh Mohammed Centre for Cultural Understanding. Asimismo, cada joven tenía la responsabilidad de preparar una presentación que mostrara los aspectos más relevantes de su país para presentarlo en una noche cultural. Todo esto se generaba en un ambiente genuino, de gran conciencia y respeto hacia las distintas culturas que convivimos esa semana.

Como joven puertorriqueño e interesado en el Derecho Internacional fue una experiencia única, enriquecedora y llena de mucha satisfacción. Poder vivir por una semana con personas de distintas culturas, educándome y educando sobre mi patria a quienes no conocían sobre ella fue de gran crecimiento. En esa semana pude entender que a pesar de lo distinta que pueden ser nuestras realidades y nuestras culturas son más los puentes que nos unen que los ríos que nos separan. No hubo barrera de idioma, de culturas ni diferencias algunas que superaran nuestro ánimo de querer aprender uno de los otros y de querer convivir como una familia. Además, se acentuó mi deseo de querer contribuir a mi país mediante la creación de propuestas y programas de esta índole para que más jóvenes puertorriqueños puedan beneficiarse de esta experiencia.
Ahora bien, esto no hubiese sido posible sin la ayuda de personas y organizaciones que decidieron darme la mano para poder participar de la Conferencia. Es por esto que quiero agradecer a la empresa Microjuris por toda su gestión y aportación económica para hacer realidad esta experiencia. Gracias por brindarme la oportunidad y su confianza como embajador de nuestra isla en la Conferencia Internacional de Líderes. Ayudas como la que me brindó Microjuris son la esperanza de muchos jóvenes que, sin contar con los recursos necesarios para poder participar en eventos como estos, desean abrirse el camino a distintas vivencias. Sin duda, fue un trayecto de mucha responsabilidad, crecimiento y aprendizaje donde la ayuda de Microjuris fue esencial para lograr mi meta.