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Seis señales de cuándo no aceptar un caso

El abogado Gary Ross, quien ha tenido colaboraciones en el blog Above the Law, con columnas dirigidas a los abogados, compartió en una de sus ediciones una serie de consejos conducentes a que los abogados puedan identificar cuándo no es conveniente aceptar un caso.

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Según Ross, estas señales requieren mucha observación de los clientes y no una evaluación sobre la dificultad del asunto a atender. El autor señala que en ocasiones un abogado puede saber de primera instancia, al conocer al cliente, si debe evitar aceptarlo como tal. No obstante, agrega, a veces de primera impresión la persona parece “normal” y tiempo después, para la sorpresa del abogado, salen a relucir aspectos que hacen dificultosa su labor.

¿Cuáles son esas “banderas rojas” que se deben identificar antes de aceptar el caso?

1. Dinero fácil. El cliente prospecto, que ha preparado toda la documentación para el abogado y le indica que solo necesita firmar la documentación correspondiente. Este tipo de cliente trata de lograr esto con abogados que tienen práctica individual, que firman cualquier documento sin preguntar o averiguar. Según Ross, le ha sucedido varias veces y al preguntar sobre documentación adicional o cualquier otra averiguación no vuelve a ver al cliente.

2. Cambio en las condiciones remuneratorias. Si una persona se reúne telefónica o presencialmente y llega a un acuerdo sobre la remuneración y luego de un tiempo, aún luego de que se han preparado documentos o la carta de acuerdo correspondiente, la persona envía una comunicación expresando interés en cambiar las condiciones remuneratorias. «Para mí, si están haciendo esto antes de comenzar, ¿qué podrán hacer más adelante, cuando ya se ha invertido tanto tiempo y esfuerzo?», señaló el autor.

3. Más de un conductor. Cuando es evidente que más de una persona quiere “dirigir el tren”, cada conductor tiene un destino distinto en mente. En cada negocio habrá momentos en que surgirán problemas y habrá que decidir entre cumplimiento o rentabilidad. Un abogado puede ser fácilmente ignorado si no se tiene la confianza de los administradores principales. Un abogado no quiere estar involucrado en ninguna circunstancia en que se realice algo no ético.

4. Los que abandonan. Estos son los clientes que no devuelven las llamadas o correos electrónicos. A menudo este tipo de personas son aquellas que nunca antes han contratado un abogado y reciben con conmoción su primera factura. En ese momento empiezan a hacer todo por su cuenta y no devuelven llamadas ni correos electrónicos. El problema es que cuando cometen un error, ¡le echan la culpa a sus abogados! Por eso es útil enviarles una comunicación sobre la suspensión de la representación.

5. El cliente misterioso. Estos clientes no te dirán dónde consiguieron tu nombre y te hablan de forma imprecisa. Según el autor, todos los abogados colegas que este conoce, contra quienes se han presentado quejas éticas, han sido presentadas por clientes de este tipo. Es el cliente que no fue referido por nadie, sino que ha solicitado directamente los servicios y que ha encontrado el contacto del abogado de forma «casual». «El año pasado tuve una situación con un prospecto de cliente que me dijo que me encontró por medio de Avvo (buscador y directorio de abogados), lo que me pareció curioso porque no había establecido presencia en Avvo. Resulta que estaba tratando de usarme para cierto tipo de fraude».

Ross concluye que el hecho de que una persona haya tenido problemas con su abogado anterior no debe supone una alerta para evitar tomar el caso. Para el autor, ha sido muy revelador el ver cómo en la mayoría de los casos que ha atendido de este tipo, ha habido una pobre ejecutoria por parte de los abogados anteriores.

El Lcdo. Gary Ross mantiene su oficina legal, Jackson Ross PLLC, donde atiende asuntos corporativos y de cumplimiento para los fondos de inversión de varias organizaciones sin fines de lucro. También litiga.