El abogado Gary Ross, columnista del blog Above the Law, escribió en una de sus columnas para dicho blog sobre la importancia de que los abogados “vistan como abogados”.
«Durante mi primer mes en una firma prestigiosa, fui enviado a realizar una diligencia en un archivo de expedientes. Era otoño y todavía el clima estaba cálido en Atlanta (Georgia), y me imaginé a mí mismo en un almacén caluroso, húmedo buscando expedientes con polvo. Le pregunté al socio qué debía ponerme. Me respondió: Vístete como abogado«.
10 años después Ross está de acuerdo con la sugerencia de su jefe, muy a pesar de que tuvo que ponerse chaqueta y medias de vestir. Según Ross, esta es una profesión conservadora y así hay que aceptarlo. No obstante, esa no es la única razón. El abogado explica que cuando se trabaja en una oficina pequeña o por cuenta propia, el vestir formal se hace más imperativo, pues muchas veces se tiene la falsa impresión de que los abogados que trabajan por cuenta propia no son tan serios ni trabajan tanto como aquellos que trabajan en bufetes grandes.
«Quiero que todas las personas que yo conozca me refieran clientes, y no estoy seguro de ser la primera persona que se le ocurra a alguien si cada vez que me ve, estoy vestido como un estudiante universitario«, explicó.
Asimismo, el abogado afirma que cuando un cliente contrata a un abogado, quiere que este luzca como un abogado ante la parte contraria. El jurista piensa que, por ejemplo, si una persona lleva a su abogado a un proceso de negociación de un contrato, quiere que este luzca más profesional que el abogado de la otra parte.
Finalmente, Ross culmina explicando que aquellos abogados que lucen como abogados tienen mayores oportunidades que si vistieran de forma más casual.
«El año pasado mientras me iba de un evento de abogados nuevos, alguien me persiguió a través del lobby. «Tú no luces como cualquier otra persona. ¿Eres abogado?» Sí, le dije, explica Ross. «Necesito a alguien que ayude a mi compañía con un incremento de capital de 50 millones», fue la respuesta del cliente.
«A veces es tan fácil como lucir bien para el rol«, culminó el columnista.