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Abogados que defienden asesinos en serie

El 12 de febrero de 1993, James Patrick Bulger —un niño de dos años— fue secuestrado, torturado y asesinado por Robert Thompson y Jon Venables, dos niños de diez años. En el 1985, se cree que Charles Ng asesinó entre 11 y 25 mujeres en su cabaña en el bosque de Calaveras County, California. Durante la década del setenta, Theodore Robert “Ted” Bundy fue un asesino en serie que perseguía y secuestraba mujeres. ¿Qué importancia tienen todos estos casos? El periódico británico The Guardian ofrece un cortometraje tipo documental llamado Defending Murderers: Lawyers Describe What it’s Like to Represent the World’s Most Notorious Killers que además de detallar algunos puntos claves de los casos, describe la relación abogado-cliente cuando el cliente es uno de los asesinos más notorios del mundo.

En el corto, Laurence Lee, el abogado solicitado para defender el caso del asesinato de James Bulger, habla sobre su primera impresión del caso que cambió su vida profesional para siempre. El caso sorprendió a Inglaterra, no sólo por lo horrible de la muerte de un niño de dos años, sino porque fue uno de los primeros casos en sobrepasar el principio legal de doli incapax, que presume que niños menores de 10 años no pueden ser considerados legalmente responsables por sus acciones. El Lcdo. Lee explica cómo al principio de la investigación, él le creía a los niños cuando negaban haber secuestrado y matado a Bulger. Comenta que vio razón para el beneficio de la duda y para un debate legal al observar la reacción de los niños cuando sus padres intervinieron en la investigación. Parecían niños honestos, inocentes e incapaces de cometer los crímenes violentos de los cuales estaban siendo acusados. Después de culminado el proceso legal, el caso estableció un precedente de cómo lidiar con la acusación y custodia de niños criminales.

Por otra parte, el abogado defensor de Charles Ng, William Kelly, narra en el corto cómo luego de ver uno de los vídeos grabados de los asesinatos de Ng, todo abogado tiene el deber de separarse de sus emociones cuando se presenta un caso como el ya mencionado para poder representar a su cliente responsablemente.

Por último, John Henry Browne, el abogado defensor del asesino Ted Bundy, recuenta cómo ese caso fue de los pocos en el cual sabía que su cliente era verdaderamente perverso. Browne narra que Bundy le decía que él quería ser una buena persona pero que simplemente no podía. Uno de los momentos que más recuerda Browne ocurrió al principio del caso, mientras defendía a Bundy desde la prisión de máxima seguridad. En esa ocasión, el asesino le dijo que la razón por la cual él no lo despedía como abogado era porque se parecían más de lo que Browne pensaba. Esta actitud luego se manifestó mediante Bundy vistiéndose y actuando igual que Browne.

El periódico inglés tiene más información sobre el tema. Siguiendo la línea de pensamiento del corto discutido, Defending the Indefensible? Lawyers on Representing Clients Accused of Nightmarish Crimes es otro corto que amplía la discusión de la relación cliente-abogado cuando el cliente es un criminal acusado por actos inhumanos.

por Héctor Meléndez Franco