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Inicia jornada de colectivo que busca separación entre iglesia y estado

Dios le debe a Hacienda
Foto: Facebook

El colectivo «Dios le debe a Hacienda», organismo que busca la separación entre iglesia y estado y el que las iglesias paguen impuestos, anuncia el inicio de su campaña «Educar con ciencia». La jornada tiene el fin de promover la separación entre iglesia y estado a través de cuñas audiovisuales, manifestaciones y foros públicos, en donde denunciarán la intervención religiosa en la educación pública de Puerto Rico.

«Las iglesias no pagan impuestos sobre sus ingresos pero deciden lo que se hace con el dinero de nuestras contribuciones cada vez que pretenden imponer sus creencias en la educación pública, pero también en las leyes que nos gobiernan a todos y todas», reza el comunicado.

El miércoles, 8 de abril de 2015 a partir de las 6:00PM, el colectivo llevará a cabo un el foro «Educar con ciencia» en el Anfiteatro CRA en el Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Puerto Rico.

Vídeo de la campaña «Educar con ciencia»:

[youtube=https://youtu.be/LLwPtQ43XIE]

 

 

Lea el resto del comunicado:

En Puerto Rico, la educación pública enfrenta uno de sus más serios retos. De partida, sufre de más de un 40% de deserción y el 77% de su población está bajo el nivel de pobreza. De los desertores, muchos son llevados directo a institutos en donde consiguen en tres meses lo que se debe aprender en 4 años, otros se ven obligados a dejar de estudiar y entrar al mundo del trabajo, incluido el ilegal, mientras que muchos otros, aún al borde de la pobreza, se ven obligados desde el sacrificio de sus familias a estudiar en escuelas privadas o a salir del país.

Hace cinco años el Departamento de Educación atendía a 530, 562 estudiantes, al 2013 atiende solo a 492,429, eso es una reducción de más de 38 mil estudiantes en cinco años. En el mismo periodo las escuelas privadas mantuvieron más o menos estable la cantidad de estudiantes, con un promedio de 155 mil (ver aquí). Más de 500 escuelas públicas han sido cerradas y se han perdido más de 6 mil plazas de maestros en sólo cinco años. En el sector privado son alrededor de mil maestros menos. Mucha de la pérdida de estudiantes se debe a la emigración, pero la mayoría se pierde ante la competencia de la educación privada. El derecho a la educación se ve socavado cuando la oferta del Estado se reduce y con el mismo gesto se nutre la educación privada usando fondos públicos. Ese es el caso de la educación en Puerto Rico.

Según el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico:

“San Juan fue la región con mayor cantidad de escuelas privadas… Más de la mitad de las escuelas privadas (55.1%) son corporaciones con fines de lucro… El 28% de las escuelas privadas son religiosas. Para aquellas que operaron bajo una denominación religiosa la denominación más frecuente fue la católica, seguida de la evangélica.” Vea más aquí.

Casi la mitad de las escuelas privadas, incluyendo las universidades, se denominan como organizaciones “sin fines de lucro”. Eso quiere decir que cerca de un 45% de las escuelas y universidades privadas son religiosas, con exenciones y subsidios del estado, por sólo ser propiedad de una iglesia. Las ideas religiosas compiten en Puerto Rico con la Ciencia porque la Ciencia es desplazada de la educación pública cada vez que se permite que dogmas y ritos religiosos se metan en el aula; pero también, se fortalece el dogma religioso cada vez que se cierra una escuela pública y se le otorgan privilegios contributivos a escuelas privadas y religiosas. Cada dólar que dejan de pagar las religiones institucionalizadas es dinero que se usa para propagar ideología anticientífica, promotora del odio y la intolerancia, como lo probó la ofensiva que protagonizaron miles de religiosos fundamentalistas contra la educación con perspectiva de género en las escuelas públicas. Si las iglesias pagaran impuestos, no sólo mejoraría la economía de la Isla, sino que se podría usar el dinero para reparar el daño que hacen a la educación pública cada vez que derrotan a la ciencia en las escuelas. Las iglesias se legitiman desde el Estado como autoridad cuando no pagan impuestos sobre ingresos o sobre la propiedad, cuando se les exime de pagar patentes y permisos, así como cuando disfrutan de subsidios, reciben donativos del Estado y hasta edificios o cuerdas de terreno por sólo un dólar.

La ventaja económica del dogma religioso le confiere autoridad inclusive por encima de la Ciencia, socavando las bases del conocimiento, pero sobre todo, violentando la constitución. El colectivo “Dios le debe a Hacienda” no busca quitarle derechos a las iglesias, más bien queremos que no nos sigan quitando los nuestros. Defendemos la separación entre Iglesia y Estado, así como la libertad de culto y creemos que eso sólo será posible cuando las Iglesias paguen impuestos.