El Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, su presidenta, licenciada Daisy Calcaño López y la Junta de Gobierno, expresan su pesar en torno al fallecimiento del Arzobispo Desmond M. Tutu, Premio Nobel de Paz e incansable defensor de los derechos civiles y humanos tanto en África del Sur como en todo el mundo.
El Arzobispo Desmond M. Tutu fue el orador invitado en ocasión de la Asamblea 150 del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, el 29 de septiembre de 1990.
En un discurso muy pertinente el Arzobispo Tutu nos recordó lo que es ser líder en tiempos convulsos, haciendo un llamado a los abogados y abogadas a defender los derechos civiles, humanos y no dejarse amedrentar por las figuras en puestos de poder.
“Paz sin justicia, es imposible, amo la paz y trato de trabajar por la justicia porque solo así creo que alguna vez podremos esperar establecer una paz duradera. Es contraproducente el justificar una tregua basada en los inestables cimientos de la opresión. Tal tregua solo puede ser inherentemente inestable, lo que requiere una violencia institucional para mantenerla”, expresaba el Arzobispo Tutu.
Al hacerlo, se refería a su pueblo, pero como toda gran verdad se refería a la humanidad, a toda la humanidad en todos los tiempos. Sus palabras continúan siendo acertadas y adquieren una mayor relevancia en nuestro Colegio, que desde el año 1840 mantiene su compromiso de justicia, igualdad, y garante contra la violación de los derechos civiles y humanos.
El Arzobispo Tutu, luchó contra las políticas racistas del apartheid sudafricano y contra las injusticias contra los oprimidos, fomentando la reconciliación y denunciando la violencia como método de lucha. «Ciertamente el mundo ha perdido uno de los baluartes en la lucha por la equidad. Su legado en la defensa de los derechos humanos ha sido, es y continuará siendo inspiración para las generaciones presentes y futuras», expresó Calcaño López.