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5 formas de manejar transiciones difíciles

Hace más de un mes, Puerto Rico sintió el embate del huracán María, cuyos efectos mantienen al día de hoy a la isla prácticamente sin luz, agua en algunas lugares y sin telecomunicaciones. Anterior a ello, la isla también sufrió el paso del huracán Irma, que aunque en menor escala, también surtió efectos negativos sobre la cotidianidad personal y la vida profesional de muchos puertorriqueños.

Una de las consecuencias nefastas del paso de ambos fenómenos para los abogados ha sido el cierre prolongado de tribunales y la falta o perdida de trabajos para aquellos que trabajan por cuenta propia. Acostumbrados a un continuo y gran volumen de trabajo, y a la actividad mental constante, esta falta de trabajo espontánea y la pérdida de ingresos, puede suponer un momento difícil que desemboque en decisiones que alteren sus vidas y que supongan una transición incómoda y dolorosa.

A continuación algunos consejos sobre cómo manejar este difícil momento de transición:

    1. No te sorprendas del sentimiento de pérdida que sentirás: Ante la falta de los servicios esenciales y la inhabilidad de operar sus negocios, muchos profesionales han decidido trasladarse a los Estados Unidos de forma temporal para trabajar. Sin importar si el cambio es productivo rápidamente o no, o si las circunstancias mejoran, es normal sentir una sensación de pérdida. Es normal sentir tristeza pues para comenzar una etapa es necesario abandonar otra. Lo importante es que estés determinado a superar en algún momento ese sentimiento de pérdida. Otórgate un tiempo para sufrir, para pensar, toma unos días en el calendario para pensar y relajarte. Luego de eso, toma acción.
    2. Establece un plan: Luego de que pase el período de sufrimiento, camina hacia adelante. Es fácil sentirte paralizado, ya que los abogados pasan mucho tiempo analizando y determinando el curso de acción para nuestros clientes. Sin embargo, a veces, cuando enfrentamos momentos de transición, cualquier acción es mejor que la falta de acción. Tómate un tiempo para establecer un plan, pero aún si piensas que el plan establecido no es el mejor, sigue adelante con el mismo. La inercia alimenta la inercia. Una vez sigas adelante con tu plan, podrás corregir su curso eventualmente.
    3. Suelta la ansiedad: La ansiedad surge cuando sentimos incertidumbre sobre el futuro. No pierdas tu tiempo pensando en lo que podría resultar mal. Prepárarte, controla lo que puedas, y deja ir el resto. No te sujetes tanto al futuro. Enfócate en el momento y en el proceso poniendo un pie frente al otro. Recuerda que, sin importar lo que pase, podrás manejarlo.
    4. Medita: Cuando te enfrentas a muchos cambios tu mente puede sobrecargarse. Puedes sentirte arrastrado en diferentes direcciones tratando de atender todos los asuntos nuevos. Esto pasa porque te sientes completamente fuera de tu zona de confort, ya que todas las cosas «normales» que hacen que la vida sea más fácil, o al menos manejable, han quedado atrás. Tómate el tiempo para estar en silencio y meditar. Es difícil hacerlo cuando tu mente está ocupada tratando de atender tu transición, pero realmente, meditar es lo que necesitas. La meditación creará espacio en tu cerebro y te permitirá pensar con más claridad, responder en lugar de reaccionar, calmar tu cuerpo y, en general, sentirte mejor.
    5. Siempre que puedas, sonríe La risa es uno de los mejores analgésicos. Nada funciona más rápido que la risa para devolver el cuerpo y la mente al equilibrio. Libera endorfinas y mejora tu estado de ánimo, crea una sensación de esperanza y te hace sentir alerta. La risa también fortalece tu sistema inmunológico, que puede verse debilitado por los factores de estrés del cambio.

Confía en que puedes manejar esta transición. Los nuevos comienzos son difíciles, pero eventualmente todo caerá en su sitio.