Motivados por el reciente restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos, vinicultores de California están decididos a conquistar el mercado de turismo en Cuba y cubrir las necesidades domésticas del producto en ese país.
«Para nosotros es mucho más económico traer un vino de los Estados Unidos que de España», declaró Francisco Chacón, sommelier del Hotel Conde de Villanueva en Cuba, aludiendo a la proximidad de los Estados Unidos.
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Chacón y otros empresarios y sommeliers de hoteles en Cuba, asistieron durante esta semana a diversos simposios y degustaciones organizados por una centena de productores, comerciantes y exportadores de vino en California, que se plantean entrar al mercado cubano con la ayuda de las reformas económicas que se están gestando para eliminar las restricciones al comercio de ese país con los Estados Unidos.
Según Prensa Asociada (AP), el turismo estadounidense ha aumentado en un 76% a partir del 2015, a meses de que se establecieran las conversaciones diplomáticas entre ambos países, lo que permitiría la eventual llegada de las bodegas de vino californianas a la isla. Se espera que esta cantidad aumente durante los próximos años. Aunque Cuba no es un país con tradición de vino, actualmente se importan unos 300 contenedores –con capacidad para 1,200 cajas– anualmente, una cifra que incrementará a medida que el turismo aumente.
Sin embargo, según AP, este impacto no surgirá de forma inmediata, pues aunque las leyes del embargo impuesto por Washington a Cuba permiten la venta de este producto a la isla por tratarse de un alimento, las sanciones que impiden el financiamiento le restan estímulo a las compras para beneficio de las bodegas de España y Sudamérica. Por otro lado, en Cuba sólo el Estado tiene licencia para importar vinos y alimentos mediante Alimport y otras compañías estatales como TRD, por lo que los particulares como los dueños de restaurantes que fueron a la demostración californiana deberán por ahora esperar el movimiento de estas compañías.
«A mí no me interesa quién importe (un privado o el Estado) sino que haya un lugar donde pueda comprar este vino», dijo Julio Valdés, quien asistió a la degustación californiana como representante de la Trattoria «Cinco Esquinas» en La Habana Vieja.
«Es importante para nosotros tener una variedad para nuestros clientes. Ahora tenemos chilenos, italianos, españoles, los compramos en las tiendas poco a poco», señaló Valdés.