Este pasado lunes, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos rechazó los dos últimos recursos presentados en ese foro, para que se rechazara la transacción de un billón de dólares entre la NFL y miles de sus exjugadores.
Dicha transacción puso fin a una demanda de clase radicada por varios ex jugadores que acusaron a la NFL de esconder lo que sabía acerca de la relación entre el practicar fútbol profesional y una enfermedad cerebral degenerativa conocida como encefalopatía traumática crónica (CTE, por sus siglas en inglés).
No obstante, el acuerdo fue cuestionado por un pequeño grupo de jugadores que alegaron que la transacción favoreció a los jubilados con la condición y dejaron desfavorecidos a miles de jugadores que aún no han sido diagnosticados con enfermedades neurológicas.
Los abogados de los jugadores también cuestionaron si la transacción debía ser renegociada a la luz de ciertos comentarios hechos por vicepresidente ejecutivo de la NFL para la salud y la seguridad, quien aceptó durante su testimonio ante el Congreso la relación entre el juego y la condición CTE.
“Este es un momento histórico para la comunidad de jugadores retirados quienes, ante la adversidad, se le enfrentaron a la NFL”, manifestó Christopher Seeger, abogado de la clase de más de 20,000 ex jugadores que son elegibles para recibir pagos por los próximos 65 años.
La liga ha estimado que 6,000 ex jugadores – o tres de cada diez—pueden desarrollar la condición de Alzheimer o demencia moderada. Los pagos serán tan altos como de 5 millones para aquellos con la enfermedad de Lou Gehrig. Sin embargo, se espera que la paga promedio sea de $190,000 dólares. Según Prensa Asociada, cerca de 11,000 jugadores se han registrado para recibir los beneficios.
Por otro lado, se espera que los familiares de ex jugadores que ya fallecieron por causa de Alzheimer avanzado reciban $4 millones y $3.5 millone. Los beneficiarios no tendrán que probar que su diagnóstico es causa directa de haber jugado fútbol para poder recibir el pago.