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Coronavirus: Oportunidad para el desarrollo de nuevas regulaciones ambientales en Puerto Rico

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Por el Lcdo. Alberto J. Valentín

La llegada del COVID-19 ha representado para muchos países industrializados, un cambio radical en sus estilos de vida y consumo diario, provocando lo que será con toda probabilidad un futuro decrecimiento económico que veremos reflejado en los próximos índices mundiales de actividad económica1. Sin embargo, un efecto indirecto que el mundo entero ha podido apreciar durante las pasadas semanas, es el efecto positivo que ha tenido la reducción de la actividad económica y social con respecto a los niveles de contaminación atmosférica provenientes de los gases de efecto invernadero que son a su vez, consecuencia directa del calentamiento global2, el cambio climático y otros factores que alteran nuestros ecosistemas y calidad de vida, como lo son la propagación y resurgimiento de enfermedades infecciosas3.

El aumento de temperatura provocado por el calentamiento global y el cambio climático han dado paso al surgimiento de la alteración de diferentes hábitats, transformando la forma en la que los animales viven y provocando su desplazamiento a las zonas urbanas en búsqueda de supervivencia ante la desaparición de sus ecosistemas4. Lo anterior ha hecho mucho más propenso la posibilidad de contraer enfermedades de vida silvestre, como se presume que ocurrió con el COVID-19. Estas especies, que han ido migrando hacia las ciudades, hacen que los espacios urbanos se estén convirtiendo en nuevo crisol de enfermedades en evolución5. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que para el 2030 habrá un 10% más de enfermedades que se contraigan a través del agua y alimentos, de las que hubiese habido sin el calentamiento global6. Tiene sentido aducir, que a medida que la migración prospectiva de la vida silvestre hacia las zonas urbanas siga aumentando por motivo de la alteración de sus ecosistemas por el calentamiento global y el cambio climático, la accesibilidad de estos como comestibles y las enfermedades de las que estos son portadores, sean un factor que debemos evaluar en próximas políticas relacionadas con el medio ambiente y el cambio climático.

La reciente pandemia, a pesar de sus estragos, le ha dado la oportunidad a la comunidad internacional de poder ver mucho más de cerca el impacto significativo que tiene nuestra huella de carbono en el medio ambiente. La huella de carbono es la cantidad de emisiones, de gases de efecto invernadero, que produce el ser humano al fabricar un producto, realizar sus actividades diarias hábitos y costumbres, es decir, la huella que deja nuestro paso en el planeta: nuestra alimentación, cómo realizamos las compras diarias, qué consumo energético hacemos, qué medio de transporte utilizamos7. En el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos Sobre El Cambio Climático (IPCC)8 se incrementa la probabilidad de que el cambio climático sea debido al ser humano hasta un 95%.

Imágenes satelitales tomadas por la NASA9 de la atmósfera de China e Italia con reducciones dramáticas en su contaminación han sido algunas de las muchas imágenes que han despertado una conciencia pública sobre la necesidad del desarrollo de regulaciones más agresivas nacionales e internacionales con respecto al cambio climático y la contaminación ambiental.

pixelChina NASA

Los toques de queda («lockdown») y/o cuarentenas implementados durante las pasadas semanas en distintos países del mundo han provocado de forma indirecta una reducción sustancial en nuestra actividad económica y por lo tanto en la huella de carbono que emite cada habitante de estas ciudades. Esto revela de forma fehaciente la urgente necesidad de que la agenda mundial para mitigar el cambio climático y sus efectos es crucial en el momento en el que nos encontramos. A la luz de lo anterior, existe una gran diversidad de investigaciones y escritos que buscan la acción de la comunidad internacional para reducir las emisiones en los diferentes países del mundo y poner en evidencia las consecuencias de estas sobre el cambio climático.

El drástico incremento en eventos atmosféricos a nivel mundial10 han colocado a Puerto Rico, junto a Myanmar y Haití, entre los países que más han sido más afectados por el cambio climático y sus eventos meteorológicos por los pasados 19 años11. Según el Índice de Riesgo de Cambio Climático 202012, Puerto Rico representa uno de los tres territorios dramáticamente más afectados por eventos extremos atmosféricos13 directamente relacionados al cambio climático. El informe concluye que estos territorios y países, como Puerto Rico, deben de acelerar sus políticas públicas para mitigar los daños futuros ocasionados por el cambio climático, como lo son el incremento de huracanes en el Caribe y la dramática pérdida de costas en nuestra Isla14.

La nueva Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico15, aprobada el pasado 22 de mayo de 2019, estableció ciertos parámetros necesarios para comenzar los esfuerzos en mitigar el impacto del cambio climático en Puerto Rico, y contribuir a su reducción a nivel global. No obstante, a nuestro entender, la medida es poco agresiva y realmente no es vinculante con respecto a sus principales actores. Muchos podrían considerar esta ley, como el Tratado de París de 201516, cuya finalidad fue de avanzada y positiva, pero dejó la responsabilidad de los estados del mundo a comprometerse con medidas de mitigación y cumplimiento a su propia y exclusiva voluntad. En otras palabras, el Tratado de París, a pesar de que representó un gran logro al unir los principales países emisores de gases de efecto invernadero, dejó abierta la puerta para que estos adoptaran las medidas que ellos mejor entendieran necesarias para lograr los objetivos de reducir sus respectivas emisiones.

La Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico deja la puerta abierta para cumplir con objetivos y métricas que -a la hora de la verdad- como una gran mayoría de nuestro ordenamiento, no crea el marco legal necesario para su ejecución e implementación efectiva ni establece penalidades reales que hagan cumplir su propósito. La creación del Comité de Expertos creado mediante esta ley debe de tener independencia de criterio y no depender de la necesidad de legislación para poder adelantar la política pública del gobierno. Comités similares en diferentes estados de Estados Unidos han funcionado con el fin de adelantar mejores regulaciones y políticas de mitigación de cambio climático, mas sin embargo su poder de ejecución han sido gracias a que representan un brazo directo del Primer Ejecutivo y un portavoz de la política pública del estado, y no meramente un ente consultivo.

El enfoque de las nuevas regulaciones en Puerto Rico debe de ir dirigido más que a la intención de crear nuevos mercados en la Isla con fondos públicos o incentivos, que podrían tomar años ante la situación de austeridad fiscal que enfrentamos, ha reducir de forma acelerada el consumo de nuestros desperdicios. La corriente mundial ha comenzado ha enfocarse cada vez más en la génesis de las cadenas de producción de nuestros sistemas de consumo, con el fin de atacar y de alguna forma limitar su producción mediante la aprobación de regulaciones, campañas y políticas publicas que redunden: (1) Crear nuevos estilos de vida y consumo mediante la concienciación ciudadana, (2) Eliminación de productos de un solo uso que finalmente redundan en la acumulación desmedida de desperdicios sólidos y la saturación de nuestros sistemas de relleno sanitario, y (3) Obligar a nuestras industrias mediante legislación a que comiencen a fabricar, producir, manufacturar y vender productos reusables y de material compostable que reduzcan la acumulación de desperdicios sólidos mediante su inmediata desintegración, sin afectar nuestro medio ambiente y que a su vez, dará paso al surgimiento de nuevos mercados destinados a la venta de estos productos.

Si bien es cierto que nuestra responsabilidad ciudadana y como país debe de ir dirigida a reducir nuestras emisiones de efecto invernadero y que la legislación vigente de nuestro estado de derecho ambiciona a ello, es importante mencionar que la gran mayoría de los países y territorios subdesarrollados o con un ingreso per cápita bajo como el de Puerto Rico, en comparación con los demás estados de Estados Unidos, la proporcionalidad de nuestra huella de carbono y las emisiones de efecto invernadero son mínimas. Son los países industrializados y que más contribuyen al cambio climático los que en comparación con los países y territorios más pobres, sufren menos los estragos de los fenómenos atmosféricos. Son territorios como Puerto Rico, Haití y Myanmar -que su contribución es mínima- los más afectados por el cambio climático, y son sin embargo los más comprometidos a reducir sus emisiones y su contribución a la contaminación. Estados Unidos representa el segundo país del mundo con el porcentaje más alto en emisiones de gases de efecto invernadero17 mas sin embargo su compromiso con mitigar el cambio climático ha sido mínimo durante las pasadas décadas. La aprobación del «Clean Power Plan» del presidente Barack Obama mediante Orden Ejecutiva fue derogada por la presente administración del presidente Donald Trump.

Nuestra poca contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, no nos hace menos responsables ante los países industrializados, pero sí nos hace indefensos ante la incapacidad de poder tener una representación de relevancia ante la toma de decisiones en estos asuntos. Nuestra situación territorial nos incapacita de tener voz y voto ante el Congreso y levantar las preocupaciones que aquejan a Puerto Rico ante la proximidad de futuros eventos catastróficos a consecuencia del cambio climático, supeditadas a la voluntad unilateral de un Congreso y un Primer Ejecutivo que no cree en el cambio climático. En otras palabras, son las acciones de países industrializados como Estados Unidos, a los que pertenecemos, las que han provocado que Puerto Rico se ubique entre los territorios del mundo con más propensión a ser afectado por el cambio climático, mas sin embargo, nos encontramos atados de manos para exigir una mayor diligencia con respecto a la reducción de las emisiones de un país al que pertenecemos pero dentro del cual no tenemos justa representación para exigir mayor compromiso.

Es nuestro deber reconocer que están surgiendo nuevas enfermedades y que estas serán una parte inevitable de nuestro futuro, a consecuencia de los efectos del calentamiento global, el cambio climático, la desestabilización de nuestros ecosistemas, el aumento del número de habitantes en las ciudades, la globalización y la escacez de nuestros recursos naturales. Es por ello, que a pesar de nuestras limitaciones territoriales y políticas que debemos fortalecer los movimientos sociales y orgánicos que redunden en el empoderamiento de nuestras comunidades, en la auto-gestión y la concienciación ciudadana de la urgencia de reducir nuestro consumo. Las regulaciones y nuevas políticas públicas que creemos no tendrán efecto ni valor si no van atadas con un despertar de nuestra sociedad sobre la importancia de modificar nuestros estilos de vida.

NOTAS

1 Estimating the global economic costs of SARS: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/nbk92473/
2 Calentamiento global: Causas y consecuencias: https://www.youtube.com/watch?v=umAGi80FsPM
3 How much disease would climate change cause? https://www.who.int/globalchange/climate/summary/en/index6.html
4 Tim Benton, Director for Chatham House’s Emerging Risks: Environment and Resources program. Why are humans getting more animal-borne diseases? https://www.time24.news/b/2020/01/why-are-humans-getting-more-animal-borne-diseases.html
5 Id. Tim Benton.
6 Id. How much disease would climate change cause?
7 ¿Sábes cual es tu huella diaria de carbono? Calcúlala aquí: https://www.sostenibilidad.com/vida-sostenible/calcula-huella-carbono/
8 https://www.ipcc.ch/meeting-doc/ipcc-52/
9 Airborne Nitrogen Dioxide Plummets Over China: https://earthobservatory.nasa.gov/images/146362/airborne-nitrogen-dioxide-plummets-over-china
10 https://www.nature.com/articles/d41586-019-03595-0
11 Global Climate Risk Index 2020: https://germanwatch.org/sites/germanwatch.org/files/20-2-01e%20Global%20Climate%20Risk%20Index%202020_10.pdf
12 Id.
13 Puerto Rico is not an independent national state but an unincorporated territory of the United States. Nevertheless, based on its geographical location and socio-economic indicators Puerto Rico has different conditions and exposure to extreme weather events than the rest of the USA.
14 Id.
15 33 LPR 2019
16 https://www.consilium.europa.eu/es/policies/climate-change/paris-agreement/
17 https://www.usatoday.com/story/money/2019/07/14/china-us-countries-that-produce-the-most-co-2-emissions/39548763/