NOTICIAS Supreme Court of the United States

Supremo Federal autoriza segunda ejecución esta semana

El Tribunal Supremo de Estados Unidos (TSEU) le dio el visto bueno —en una decisión 5 a 4— a la segunda ejecución esta esta semana, luego de 17 años.

Esta vez, se trata de la ejecución de Wesley Purkey. Hace dos días se trató de Daniel Lewis Lee.

Descargue Barr v. Purkey

El juez Stephen Breyer suscribió una opinión disidente al resultado, donde plantea que el caso de Wesley Purkey contiene un problema similar al caso de Daniel Lee: la demora excesiva y el riesgo de sufrimientos graves e innecesarios ocasionados por el método de ejecución que el gobierno escogió.

¿A qué se refiere Breyer?

A que la determinación de ejecutar a Daniel Lee fue hace 20 años y a que Wesley Purkey fue sentenciado a muerte hace 16 años por un crimen que cometió seis años antes.

Wesley Purkey ahora tiene 68 años, se encuentra en un estado delicado y sufre de Alzheimer y otras condiciones psiquiátricas. Además, Wesley Purkey ha sufrido por muchos años lo que el Tribunal Supremo ha llamado «inmensa ansiedad mental» por el confinamiento en el corredor de la muerte, en espera de una fecha incierta de ejecución.

Breyer plantea en su opinión disidente —a la que se unió la jueza Ruth Bader Ginsburg— que los cinco miembros de la mayoría en el tribunal debieron considerar que la defensa de Wesley Purkey falló en defender los derechos del acusado.

«Por un lado, no deberíamos tener un sistema procesal en el que las impugnaciones a una condena puedan continuar sin fin. Por otra parte, ¿es coherente dentro de los principios de la justicia penal permitir la ejecución de un acusado cuya condena se basa en la incompetencia de un abogado, cuando no ha habido ningún tribunal que haya juzgado esa incompetencia?», explica Breyer.

La jueza Sonia Sotomayor también presentó una opinión disidente a la que se unió el juez Stephen Breyer, la jueza Ruth Bader Ginsburg y la jueza Elena Kagan.

Sotomayor plantea que proceder con la ejecución de Purkey, a pesar de sus enfermedades de salud mental, arrojará un velo de duda constitucional sobre la más irrevocable de las lesiones: la pena de muerte.

«At the same time, proceeding with Purkey’s execution now, despite the grave questions and factual findings regarding his mental competency, casts a shroud of constitutional doubt over the most irrevocable of injuries.»

Además, la jueza asociada señala que la defensa de Purkey probó que no está mentalmente competente para ser ejecutado y, como mínimo, tiene derecho a una audiencia probatoria para evaluar su competencia mental antes de que el gobierno proceda con su ejecución.

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