Debaten sobre modelos de matrícula en la UPR

El salón L-1 de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico fue el escenario en que convergieron estudiantes y ex alumnos convocados por el seminario Derecho y Mercado de la profesora Érika Fontánez Torres para hablar sobre el tema del acceso y la matrícula a la Universidad de Puerto Rico.

La discusión surge en el contexto en que se prevé que la rediseñada Junta de Síndicos —ahora Junta de Gobierno— aumente la matrícula a los estudiantes de nuevo ingreso. Para dar pie forzado a la discusión, la profesora Érika Fontánez Torres lanzó las interrogantes que motivan el seminario que dirige y que busca plantear la discusión sobre cómo los intereses que convergen en la sociedad, referente a los criterios de utilidad, eficiencia, costo beneficio y eficiencia en el mercado, desplazan otras lógicas previas basadas en el estado soberano frente a los individuos. Ello conduce a que el ciudadano deje de serlo para convertirse en consumidor y el estudiante deje de serlo para convertirse en cliente o contratante. De ahí el pie forzado lanzado por Fontánez Torres:

“¿Cómo se conceptualizan los derechos a través de estas corrientes? ¿Son la eficiencia, la utilidad, el balance costo beneficio, los mejores conceptos para atender la justicia retributiva o distributiva? ¿Es que todo tiene un precio en el mercado en esta sociedad? ¿Qué es la educación pública? ¿Es aquella que está condicionada a la capacidad de pago de cada individuo?”.

Para atender los planteamientos los estudiantes Cristian González, Gabriel Espinosa y Diego Corral, junto a los egresados de la Escuela de Derecho, Armando Santiago y Gamelyn Oduardo, presentaron y debatieron sobre las tres alternativas principales para el diseño institucional de la matrícula: la matrícula gratuita, la matrícula ajustada a los ingresos y la dotación convertible.

Armando Santiago, quien junto a Cristian González defendió la gratuidad, explicó que existen dos modelos de gratuidad de la matrícula. El primero, que a juicio de los estudiantes es el modelo más alcanzable y realizable dentro de la realidad económica puertorriqueña, es el que implica que no hay costo de matrícula para el estudiante porque la universidad no utiliza la matrícula como un mecanismo de financiamiento. El segundo, es el que valora el desarrollo de la sociedad y no de sus individuos, el estudiante es un estudiante libre de costos para su educación.

“Por ejemplo, en Cuba dentro de lo poco que se le puede dar a los estudiantes, se le cubre su educación y se le da un estipendio para hospedaje y dietas”, acotó Santiago.

Por su parte, González agregó que la educación pública debe estar fuera del mercado y del movimiento de los bienes. Por tanto, la premisa de la gratuidad de la educación es que esta es un derecho y el ciudadano debe estar admitido en la universidad sin tener que hacer grandes sacrificios ni desembolsar dinero.

Por su parte, el licenciado Gamelyn Oduardo explicó que a pesar de que simpatiza con el modelo de matrícula gratuita y la descomodificación de la educación, “la realidad es que todo en la vida es comodificado”, explicó. La matrícula ajustada a los ingresos es una propuesta que establece que la aportación de los estudiantes a la universidad debe ser proporcional a sus ingresos. Según Oduardo, hay estudiantes que tendrán matrícula gratuita, mientras que otros pagarán un poco más por la educación.

“La verdad es que no es gratuita vs. ajustada. Hay que hablar de uniforme vs. ajustada. Tenemos que hablar de lo que es. A mí me gusta que a mis profesores les paguen, me gusta que los trabajadores estén bien remunerados. Eso hace que la universidad tenga un costo. Que sea gratuita lo que hará es acrecentar la brecha y provocará que la clase trabajadora esté subsidiando los privilegios de los privilegiados de estudiar en la universidad”, agregó.

Por último, Gabriel Espinosa, quien defendió la dotación convertible junto a Diego Corral, explicó que la premisa de la dotación convertible es que se necesita un “cambio transformacional en el paradigma de la educación”.

Según Espinosa, la dotación convertible es un sistema mediante el cual no se exige un pago de matrícula de antemano ni concurrente con los estudios universitarios, a cambio de un por ciento de los ingresos generados una vez la persona se gradúe. No hay una cantidad fija que el estudiante deba pagar una vez se gradúe, o sea que no existe una deuda, sino que el estudiante debe aportar un porcentaje de su ingreso (que varía de acuerdo a su ingreso y podría eximirse de ser muy poco) por un período de tiempo como contribución al colectivo que permitirá la educación y capacitación de la próxima generación.

Según Espinosa, esto eliminaría las barreras económicas de la educación, la expectativa y peso de la deuda estudiantil y aumentaría el nivel de accesibilidad a la educación universitaria, problema actual.

Corral por su parte subrayó:

“La matrícula gratuita es una idea bonita pero el problema que le veo es impráctica porque dentro de la sociedad en que vivimos, el tema es difícil para tratar de convencer a los políticos que desafortunadamente es donde se debe tener este debate. Por todos los problemas que han habido en términos de las huelgas se hace difícil convencer a los políticos y a gran parte de la población. En términos de lo de la matrícula ajustada, la dotación convertible no pone el peso sobre los padres, ahí también tienes un problema económico. Por eso me parece que nuestra propuesta de la dotación convertible es más práctica y ejerce mismo fin de la gratuita”.

Del debate también participaron distintos líderes estudiantiles que en años anteriores han defendido las propuestas presentadas, entre ellos Ibrahim García González, quien ha defendido la matrícula ajustada a los ingresos y Guillermo Mena, quien fue activo propulsor de la dotación convertible.

El debate puede verse a través del canal en línea del Pro Bono Enlace, que compartió la actividad con jóvenes de escuela superior participantes de su programa: