La licenciada Nora Rodríguez Matías, quien fue la primera presidenta del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR), murió hoy, viernes.
Luego de Rodríguez Matías, el Colegio ha sido presidido por otras tres mujeres. Se trata de las abogadas Celina Romany Siaca, Ana Irma Rivera Lassén y la actual presidenta, la licenciada Daisy Calcaño López.
La abogada fue profesora del Programa de Educación Clínica de la Facultad de Derecho de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR).
El Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico, su presidenta licenciada Calcaño López y la Junta de Gobierno lamentaron el fallecimiento de la compañera y expresidenta.
La licenciada Calcaño López sostuvo en declaraciones escritas que Rodríguez Matías abrió caminos a otras mujeres abogadas y fue modelo de superación y tenacidad, al romper las barreras de género del Colegio, dando el primer paso a la inclusividad e igualdad en esta centenaria institución.
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Oriunda de Jayuya, Puerto Rico y egresada de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, la licenciada Rodríguez Matías se distinguió en su servicio al Colegio y a las causas sociales importantes.
Temprano en su carrera concentró esfuerzos en la defensa de las personas confinadas, dirigiendo clínicas de servicios a los confinados en las escuelas de derecho de la Universidad Interamericana y en la Universidad de Puerto Rico. Participó en el litigio federal sobre condiciones de confinamiento en los penales de Puerto Rico, conocido como el caso Morales Feliciano.
La licenciada fue una colegiada distinguida desde que fue admitida a la profesión, perteneciendo a innumerables comisiones, entre las que estaban, Comisión Especial Compulsoria de Educación Legal en 1992, Comisión sobre Evaluación de Nombramientos Judiciales para los años 1992, 1994, 1997 y 1998.
Compareció como presidenta de CAAPR ante el Comité Especial de Descolonización de la Organización de Naciones Unidas el 16 de agosto de 1989 y el 2 de agosto de 1990.
Como presidenta del Colegio logró traer como oradores a la Asamblea 149 a las figuras políticas más importantes de la Isla en ese momento, a saber, Rafael Hernández Colón, Carlos Romero Barceló y Rubén Berrios Martínez. Al año siguiente para la Asamblea 150, invitó y tuvo como orador al Premio Nobel de la Paz, Reverendo Desmond M. Tutu.
Fue una destacada abogada en el campo civil y en el derecho de familia. Mantuvo su práctica privada junto con su esposo, el licenciad Raúl M. Olmo Olmo bajo el nombre de Olmo y Rodríguez Matías. Le sobreviven sus hijos José, Manuel, Miguel y Pablo.
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