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Inteligencia artificial se posiciona como uno de los mayores desafíos en las escuelas de derecho

El profesor Manuel Quilichini comentó que las universidades deben adentrarse a las nuevas tecnologías y conocer cómo utilizar la inteligencia artificial.

Por Valeria Alicea Guzmán 

Ante el nuevo año académico, el presidente del Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR), Manuel Quilichini, indicó que la academia se enfrenta al plagio como uno de los retos más grandes relacionados con la inteligencia artificial. 

El licenciado catalogó, en entrevista con Microjuris, el uso de inteligencia artificial para crear respuestas a exámenes y ensayos como un problema serio. 

«Plagio no es solo copiar, plagio es también utilizar cualquier ayuda externa. Tenemos ese primer problema. El segundo problema que tenemos es que cuando los estudiantes se acostumbran a escribir con ChatGPT no son ellos los que escriben», expresó. 

Añadió que muchas personas señalan que se han perdido las destrezas de comunicación, en gran parte, por el uso de estas tecnologías. «En la medida de que escribas menos y utilices esto pues no aprendes». 

Además,  mencionó como tercer problema, que es uno universal, el que el estudiantado utilice la inteligencia artificial para hacer investigaciones sin corroborar la información. 

«Yo personalmente creo que ChatGPT es una gran herramienta si se sabe usar moderadamente. Por ejemplo, si escribes un artículo o un ensayo, ChatGPT es muy efectivo para corregir deficiencias. Si viste un artículo en inglés y quieres traducirlo en español porque no entiendes muy bien el inglés, pues ChatGPT es excelente en eso. A veces tú tienes plasmadas unas ideas y tienes la mente en blanco, pues muchas veces le pido a la inteligencia artificial que me escriba un bosquejo. Es una herramienta para organizar», detalló.  

El profesor comentó que las universidades deben adentrarse a las nuevas tecnologías y conocer cómo utilizar la inteligencia artificial. Explicó que, de no hacerlo, las y los futuros profesionales se verán limitados en el ámbito laboral. 

«La inteligencia artificial va a hacer que se pierdan 300 millones de empleos globales. El equivalente al 18% de la fuerza laboral. ¿Cómo evitas ser parte de esos 300 millones? Atendiendo esa herramienta», señaló. 

Recomendaciones

En su rol como profesor, Quilichini informó que tiene una política con sus estudiantes que incluye la enseñanza de esta tecnología. Sin embargo, especificó que ningún trabajo que  entreguen pueden crearlo a través de ChatGPT. «Si van a usar ChatGPT para cualquier ensayo o trabajo que me entreguen, me tienen que identificar dónde la usaron y cuál fue el propósito para yo poder tener más o menos control de lo que está pasando». 

Por lo tanto, recomendó a las escuelas de derecho, específicamente a la facultad, a establecer políticas claras sobre el uso de la inteligencia artificial. Aconsejó a las y los profesores a adiestrarse y aprender cómo manejar ChatGPT. 

«No se dejen llevar por el sensacionalismo y que aprendan a cómo integrarlo a sus clases y a sus trabajos», sostuvo.  

También exhortó a las y los futuros profesionales del derecho a aprender lo que la inteligencia artificial puede hacer y lo que no puede hacer. 

«Hay muchas versiones de inteligencia artificial y tienen sus limitaciones. Tienen que aprender a conocer esas limitaciones y tienen que ver la inteligencia artificial como una herramienta y no como una que haga todo el trabajo. Tarde o temprano van a coger una reválida y si no han aprendido entonces en la reválida es que se va a pagar el precio», aseguró.  

En comparación con otras jurisdicciones

El presidente del CAAPR confesó que Puerto Rico aún no busca atemperarse a estas tecnologías. 

«En Estados Unidos ya tenemos bufetes que están incorporando la inteligencia artificial en los servicios. Por ejemplo, un bufete grande genera un montón de información pues están utilizando la inteligencia artificial para mantener ese banco de información. Hay bufetes pequeños en Estados Unidos que están utilizando la inteligencia artificial para esa comunicación inicial con un cliente. Se usa la inteligencia artificial porque es lo más cercano a una persona. A mucha gente le gusta pensar que está hablando con un humano y eso ayuda», dijo.

De igual forma, reconoció que no conoce de una oficina o un bufete en Puerto Rico que haya incorporado la inteligencia artificial como herramienta para ofrecer servicios. Aunque destacó que implementar esta tecnología requiere de una serie de inversiones, indicó que aún el país está atrás, 

Quilichini aclaró que recomienda que busquen los beneficios de la tecnología artificial porque dan la capacidad de hacer más con menos y ser más eficientes. 

«También esta tecnología ayuda a los bufetes y abogados pequeños en el servicio al cliente. La queja número uno que tienen los clientes es ‘yo no consigo a los abogados’, pero si tuvieran un sistema inteligente que pueda responder eso ayuda, no sustituye, pero ayuda», expresó.  

Por otro lado , el licenciado manifestó que la tecnología artificial impactará el derecho por medio del acceso a la justicia. 

«Ahora mismo tienes una serie de personas que no consiguen abogados. Van a trabajar por sí mismos, pero no entienden las leyes ni los formularios que los ayude. La inteligencia artificial tiene la capacidad de entrevistar a una persona, preguntarle cuál es su problema, identificar posibles soluciones y preparar documentos. Puede preparar una demanda, puede preparar una contestación a una demanda, puede preparar documentos”, concluyó. 

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