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Reparos a legislación que aspira a mejorar los ingresos de los músicos

Conversamos con la licenciada Verónika Banuchi Ponce y el licenciado Alexiomar D. Rodríguez López sobre el proyecto "Living Wage for Musicians".

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Por Daniel Rivera Vargas

Un nuevo proyecto de ley presentado en el Congreso tiene buenas intenciones: compensar mejor a los músicos en las plataformas de ‘streaming’. Sin embargo, existe un debate sobre si esta medida es el enfoque adecuado para abordar el problema.

El proyecto «Living Wage for Musicians» propone corregir la situación en la que los músicos reciben apenas .003 centavos por cada reproducción de una canción en una plataforma de streaming‘, asegurando que reciban al menos un centavo por reproducción.

Como parte de la propuesta, se establece un «Fondo de Regalías de Compensación para Artistas», el cual implica un cargo adicional para los suscriptores de dichas plataformas.

«Lo justo que las personas que crean la música que amamos reciban una porción adecuada, para que puedan prosperar, no solo sobrevivir», indicó la congresista Rashida Tlaib, una de las proponentes de la medida, junto al también demócrata Jamaal Bowman, y que es impulsada por uniones de músicos

La licenciada Verónika M. Banuchi Ponce explicó a Microjuris que, mientras los músicos reciben un pago de 0.003 centavos por cada reproducción de una canción en estas plataformas, los economistas han señalado que para que un músico gane lo suficiente para alcanzar un salario de $15 por hora, tendrían que reproducir sus canciones 800,000 veces al mes.

La otra cara de la moneda

Las plataformas son negocios que pueden generar ingresos multimillonarios, como es el caso de Spotify, donde solo en 2023 se habla de ingresos de $14.4 billones, sostuvo la abogada.

«Existe una gran desproporción entre las ganancias generadas por las plataformas y lo que reciben los artistas y las artistas en el 2023», indicó  Banuchi Ponce

«La mayor parte de las ganancias se van a las disqueras. Muchos artistas no saben que las disqueras los colocan bajo contratos leoninos donde se quedan con el 75% de sus ingresos», agregó.

La abogada entiende que el proyecto de los congresistas busca alejarse de las disqueras y de Spotify estableciendo un cargo a los consumidores equivalente a un 50% del pago que hacen en la suscripción -y que sería de entre $4 y $10.

El problema con esta medida de justicia salarial es que se pretende pasar el impacto económico a los suscriptores. Expresó que una manera más adecuada de atender el asunto sería reducir las compensaciones millonarias de los altos ejecutivos de las plataformas y que ese dinero se le pase a los músicos.

La letrada manifestó que en el mundo de los empleados de restaurante hay una disyuntiva similar, cuando se pretende que el beneficio de los meseros provenga de las propinas, o sea del propio cliente, cuando lo justo debería ser que salga de los ingresos que recibe el patrono.

Añadió que la medida enfrenta el problema de que es radicada a fin del cuatrienio, por lo que sus posibilidades de ser aprobadas son mínimas,

Mientras, el licenciado Alexiomar D. Rodríguez López argumentó que si se estudia bien la medida «no es tan simplee» como que garantiza más ingresos para artistas emergentes.

«Contrario a publicaciones en redes, el proyecto de ley no estipula un aumento en la tasa mínima de streams a 0.1 centavos», según explicó.

El abogado, quien imparte cursos en Microjuris sobre temas como derechos de autor y música, afirmó que lo que realmente propone el «Living Wage for Musicians Act» es la creación de un fondo especial por parte de los Proveedores de Servicios Digitales (DSPs), como Spotify.

Este fondo se alimentará de dos fuentes: el 10% de los ingresos de los DSP (que no provengan de las suscripciones) y un aumento del 50% en la tarifa de suscripción para los consumidores.

Afirmó que seguramente el proyecto encarecerá la suscripción a estos servicios. Hoy día, la suscripción de Spotify ronda los $10 mensuales, por lo que con el 50% adicional sería de $15, se estimó durante la entrevista.

Se trata de un encarecimiento que puede fomentar problemas que van más allá del impacto al consumidor. «Las investigaciones y los datos históricos sugieren que existe una correlación entre la disponibilidad de servicios de contenidos digitales legales y asequibles y la reducción de la piratería. Cuando los precios exceden lo que los consumidores consideran justo o razonable, aumenta la tentación de eludir los canales legales», sostuvo.

Recordó que la industria musical se cayó hace unos años -de $23.3 billones en 1999 a $7.7 billones en 2014- hasta que comenzaron a popularizarse las plataformas de ‘streaming’, en las cuales se estiman actualmente en $14.9 billones los ingresos musicales, y la clave ha sido los ‘streamings’.

Rodríguez López recordó que según el informe de la Recording Industry Association of America (RIAA)’ la industria está en un crecimiento anual de 8% fue impulsado principalmente por las suscripciones pagas, tales como Spotify Premium y Apple Music.

También Rodríguez López agregó que el 90% del fondo se destinará a artistas destacados y el 10% a los no-destacados pero, aclaró, que  «hay una limitación: ‘streams’ de una canción que excedan el millón mensual no contribuirán al fondo».

«Este proyecto es totalmente opuesto a las nuevas reglas de monetización de Spotify, y algunos expertos consideran que no tendrá mayor efecto en aquellos artistas que generan menos de un millón de ‘streams’ al mes», indicó.

Rodríguez López dijo que la medida tiene problemas en su redacción.

«La amplia definición de ‘artista’ del proyecto de ley no considera la afluencia de contenido, incluido el generado por IA (Inteligencia Artificial) o por individuos sin un compromiso serio con la música como profesión, y podría diluir la efectividad de esta redistribución», explicó.

El licenciado Rodríguez López entiende que esta medida es el más reciente intento de mejorar la compensación para los artistas y propietarios de grabaciones maestras, como lo es el proyecto llamado «American Music Fairness Act».

Sin embargo, ambos pasan por alto el papel crucial de los compositores y editoras musicales.