Los departamentos de Justicia y de Salud favorecieron ayer en el Senado que se prohíba la venta de la sustancia conocida comúnmente como marihuana sintética, que actualmente está disponible en las gasolineras, tiendas conocidas como tobacco shops y establecimientos donde se venden productos para la intimidad.
El secretario del Departamento de Salud (DS), Lorenzo González Feliciano, quien estuvo representado por Jesús Hernández y la Lcda. Rebecca Soler, expresó en su ponencia escrita que la agencia tiene la obligación legal y moral de velar por todo aquello que en alguna medida pueda crear daño físico o emocional a la población que sirve, por lo que favorece el Proyecto de la Cámara 3819, que fue considerado en vista pública por la Comisión de lo Jurídico Penal, que preside el senador José Emilio González.
La medida dispone enmendar la Ley de Sustancias Controladas para definir los términos cannabinoides y cannabinoides sintéticos, comúnmente conocidos como marihuana sintética o marihuana falsa, para prohibir la venta de todo producto o químico que contenga esas sustancias.
Respondiendo a pregunta del senador González sobre el origen de este producto, la Lcda. Soler expresó que el origen comienza con un popurrí, que produce un olor y para que los jóvenes lo utilicen y se relajen un poco. «Además, para que se sustituya por la marihuana, que es ilegal, y tener algo de recreación. El popurrí no es el problema, sino lo que le echan al mismo, hacen el disfraz y le incluyen un cannabinoide sintético. A simple vista no sabrá que contiene esta sustancia. Se vende en frasco y está rotulado con una advertencia, que ‘no es para consumo humano’. No dice los efectos que podría tener ni los ingredientes”, dijo.
Asimismo, informó que hay dos formas de utilizarla, fumándola, que es más peligrosa, o regarla en una habitación como si fuera incienso, que es menos efectiva. El efecto de inhalarla es más rápido. «Según escuché de una madre preocupada por su hijo, este no reaccionaba con ella. Estaba con taquicardia, dejó de comer y pupila dilatada. Casi los mismos efectos de la marihuana. Dejó la escuela. No fue productivo», dijo Soler. En tanto, Hernández reveló que el efecto de un cigarrillo con cannabinoide es tres a cuatro veces más potente que un cigarrillo de marihuana y el costo de estos frascos fluctúa es entre $15 a $20, y produce unos tres a cuatro cigarrillos.
A preguntas del senador González si con esta pieza legislativa no se atiende la situación de Miami, donde se utilizan sales de baño, el Deponente respondió que con la misma sólo se atiende los derivados del cannabinoide. Para atender este caso de sales de baño, según dijo, habría que añadir en el proyecto la sustancia metilediosipirovarolena (MDPV).
Por otra parte, los licenciados Nora Vargas Acosta y Michael A. Areizaga Ortega que, según el senador González, son los representantes de Condom World, uno de los comercios que está distribuyendo este producto en Puerto Rico, están solicitando que esta legislación sea efectiva a partir de un período de transición de seis meses y no inmediatamente, como propone la medida.
Hernández, por su parte, no favoreció dicha petición y expresó que el DS tiene unos mecanismos que ofrecen la advertencia para este tipo de persona para que cesen y desistan con la venta de este producto. Una sugerencia que dio fue hacer un llamado para la entrega de este producto al DS.
De otra parte, el secretario de Justicia, Guillermo A. Somoza Colombani, representado por la Lcda. Uldalis Figueroa, señaló que esta sustancia, en general de suministradores asiáticos, se atomizan sobre material de plantas secas y se venden en pequeños paquetes en lugares de fácil acceso. «La marihuana sintética se elabora en laboratorios y se comercializa como K2 y como spice».
«Se trata de un producto similar al incienso, que a pesar de estar etiquetado como un producto que no es para consumo humano, se ha comercializado desde el 2004», dijo el Secretario en su expresiones escritas.
En tanto, en su Exposición de Motivos, la medida informa que la marihuana sintética ha sido prohibida en 39 estados de los Estados Unidos y varios países. «Según la DEA, el creciente uso de marihuana sintética ha ocasionado un aumento en las visitas a las salas de emergencia y de llamadas a los centros de control por envenenamiento. Entre los efectos perjudiciales de salud asociados a su uso se encuentran convulsiones, alucinaciones, comportamiento paranoide, agitación, ansiedad, nausea, vómito, aceleración del ritmo cardiaco y aumento de la presión sanguínea», señala el proyecto.