Un grupo en Facebook titulado Abogados de Puerto Rico se ha convertido en un lugar de encuentro entre colegas, donde se comparten puntos de vista sobre controversias jurídicas, se aclaran dudas sobre los diferentes procedimientos judiciales o legales y se comparten documentos y recursos.
El grupo, que fue fundado hace más de un año, tiene más 4,000 usuarios y se mantiene activo durante el día y la noche. Estos usuarios no son todos abogados, aunque quienes participan frecuentemente sí lo son y los comentarios que se comparten son en su mayoría relacionados con procesos legales particulares. Ocasionalmente, ciudadanos escriben sus inquietudes y los abogados que conocen del tema en particular acuden a aclarar sus dudas, aunque la política del grupo de que no se aceptan consultas.
A pesar de su aparente utilidad informativa y para el díalogo entre los abogados, el espacio fue fuertemente criticado mediante una columna anónima publicada por el medio La Calle, que despotricaba contra los usuarios del grupo, catalogándolos de holgazanes y poniendo en duda sus capacidades y conocimientos. El artículo presentaba varias imágenes del grupo, que hasta ese momento era público, de usuarios que solicitaban modelos de carta, preguntas sobre cómo cobrar un tipo de caso particular y otras dudas puntuales sobre sus casos. Aunque el artículo fue posteriormente eliminado de la página, suscitó un debate sobre la apertura del grupo y la crítica a que los abogados manifestaran sus dudas buscando la opinión de otros colegas
“En todas las jurisdicciones, abundan los foros legales, se promueve la libre expresión y colaboración, y se comparte libremente la información. En Puerto Rico, se critica sin saber, y se condena el diálogo”, manifestó uno de los abogados participantes del grupo.
Asimismo, otra abogada manifestó que considera al foro como una «excelente manera de conocer colegas en la práctica de la profesión y se promueve el diálogo y discusión de ideas sin violentar los cánones de ética”.
Algunos usuarios criticaron que en Puerto Rico exista una cultura que no promueva la colaboración entre abogados, donde no existen plataformas para compartir modelos de documentos, a diferencia de los Estados Unidos donde sí existen ese tipo de recursos.
Mientras, una usuaria lamentó la percepción de muchas personas sobre la profesión, de que el abogado no investiga y sólo copia y recita. “La mayoría de las consultas aquí son para aclarar dudas, no para resolver casos”, discusión que en la profesión es constructiva por la naturaleza de las doctrinas que a veces pueden tener distintas interpretaciones.
Finalmente, el grupo pasó de ser público a privado, limitando ahora su acceso a nuevos usuarios. Luego los ya aceptados continuaron compartiendo información, modelos de documentos y hasta pautando un posible encuentro de confraternización entre colegas.
“Propongo ignorar el artículo. En mi caso gracias a la página conocí un caso del Supremo a principios de marzo que es de febrero de este año que no hubiese visto tan rápido de otra manera y me ayudo de gran manera a un caso. No es por falta de investigación, todo lo contrario, me llevo a investigar más”, concluyó una participante.
“Esa es la magia de compartir el conocimiento de buena fe”, concluyó otra.
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