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¿Procede la aplicación del Hobbs y el RICO Act a los taxistas?

Por: Lcdo. Jorge Velázquez Hernández

TaxiAlgunos analistas han dicho que la conducta ilícita e ilegal de obstruir el tránsito en el Puente Dos Hermanos, causar daños a los vehículos de UBER, y amenazar y restringir la libertad de movimiento de los turistas y conductores de UBER, constituyen un patrón de conducta que puede ser procesada civil y criminalmente bajo las leyes federales Hobbs (18 U.S.C. 1951 et seq.) y R.I.C.O (Racketeer Influenced and Corrupt Organizations, 18 U.S.C. 1961-68). Antes de determinar si procede la aplicación de dicha ley, examinemos el texto de la ley y la jurisprudencia pertinente.

El Hobbs Act; 18 USC 1951 et seq (extorsión en el comercio interestatal con intención de privar de propiedad a la víctima)

La ley federal titulada “Hobbs Act”, codificada en 18 U. S. C.1951(a), penaliza con 20 años de cárcel a cualquier persona que “obstruya, retrase o afecte el comercio por el movimiento de cualquier artículo o bien en el comercio, mediante robo, extorsión o atente o conspire hacerlo, o amenace con violencia física a cualquier persona o propiedad, con el plan o propósito de violar esta sección”. El texto en inglés lee:

[w]hoever in any way or degree obstructs, delays, or affects commerce or the movement of any article or commodity in commerce, by robbery or extortion or attempts or conspires so to do, or commits or threatens physical violence to any person or property in furtherance of a plan or purpose to do anything in violation of this section shall be fined under this title or imprisoned not more than twenty years, or both.

Para que se configure una violación del Hobbs Act, el acuso debe haber usado fuerza o intimidación para obtener propiedad de otro; 18 U.S.C. 1951(b)(2)

La sección 1951(b)(2) define la extorsión bajo el Hobbs Act como “el obtener propiedad de otro, con su consentimiento, inducido por el uso ilícito de fuerza o la amenaza de fuerza, violencia o miedo, o so color de un derecho oficial”. El Supremo explica esta definición del Hobbs Act:

We first address the question whether petitioners’ actions constituted extortion in violation of the Hobbs Act. That Act defines extortion as “the obtaining of property from another, with his consent, induced by wrongful use of actual or threatened force, violence, or fear, or under color of official right. 18 U. S. C. 1951(b)(2).”

Racketeer Influenced and Corrupt Organizations, 18 U.S.C. 1961-68 (RICO Act)

El R.I.C.O. Act, codificado en 18 USC 1961-68 y aprobado en 1970, se diseñó expresamente para ampliar los poderes del gobierno federal y combatir más efectivamente a las organizaciones criminales en los Estados Unidos que controlaban el narcotráfico, la prostitución, la pornografía infantil y juegos ilícitos, entre otros delitos. De hecho, el acrónimo “RICO” es una referencia a Caesar Enrico «Rico» Bandello, el notorio personaje de la mafia interpretado magistralmente por Edward G. Robinson en la pelicula Little Caesar en 19311.

La aprobación y uso agresivo de la fiscalía federal del RICO Act tuvo un efecto devastador en las décadas de los 80 y 90 sobre la mafia italiana (la Cosa Nostra), sobre todo en Nueva York, ya que dicha ley podía vincular a los criminales de la calle que cometían crímenes con sus jefes, que se lucraban de dichos crímenes. Siempre y cuando el gobierno pudiera probar que una persona había cometido un delito (a predicate act) en el cual se lucrara otra persona (el “capo” o capitán), se podía acusar al delicuente, a sus secuaces y a sus superiores, aún cuando los superiores no estuvieran directamente vinculado al delito. De esta manera, pudieron encarcelar a múltiples jefes de la Mafia Italiana (Gambino y Lucchese, entre otros) y desarticular sustancialmente a la Mafia de Nueva York y de Chicago. Ver Five Families, The Rise, Decline, and Resurgence of America’s Most Powerful Mafia Empires, Selwyn Raab (2006); Criminal RICO, 18 U.S.C. 1961-68: A Manual for Federal Prosecutors, Sixth Revi sed Edition (May 2016) (https://www.justice.gov/usam/file/870856/download) (“A Defendant May Be Liable for a RICO Conspiracy Offense Even if the Defendant Did Not Participate In the Operation or Management of the Enterprise.”).

Injunctions bajo RICO; 18 U.S.C. 1964

El RICO Act también tiene una modalidad civil, la cual autoriza al Departamento de Justicia Federal de solicitar un injunction contra las personas que estuvieran violando el RICO Act. Este injunction era una herramienta adicional para disolver las corporaciones de los mafiosos que las usaban para lavar dinero o adelantar sus propósitos criminales. (Ej. La compañía Genco Olive, en la película The Godfather, una compañía de importación de aceite de oliva, que era un frente para las actividades de la Mafia). También concede una acción de daños y perjuicios a favor de las víctimas. Este remedio civil, codificado en 18 U.S.C. 1964 lee:

(a) The district courts of the United States shall have jurisdiction to prevent and restrain violations of section 1962 of this chapter by issuing appropriate orders, including, but not limited to: ordering any person to divest himself of any interest, direct or indirect, in any enterprise; imposing reasonable restrictions on the future activities or investments of any person, including, but not limited to, prohibiting any person from engaging in the same type of endeavor as the enterprise engaged in, the activities of which affect interstate or foreign commerce; or ordering dissolution or reorganization of any enterprise, making due provision for the rights of innocent persons.

(b) The Attorney General may institute proceedings under this section. Pending final determination thereof, the court may at any time enter such restraining orders or prohibitions, or take such other actions, including the acceptance of satisfactory performance bonds, as it shall deem proper.

(c) Any person injured in his business or property by reason of a violation of section 1962 of this chapter may sue therefor in any appropriate United States district court and shall recover threefold the damages he sustains and the cost of the suit, including a reasonable attorney’s fee, except that no person may rely upon any conduct that would have been actionable as fraud in the purchase or sale of securities to establish a violation of section 1962. The exception contained in the preceding sentence does not apply to an action against any person that is criminally convicted in connection with the fraud, in which case the statute of limitations shall start to run on the date on which the conviction becomes final.

Análisis de jurisprudencia bajo Hobbs y RICO

En Scheidler v. NOW (National Organization of Women), 547 U.S. 9 (2006), el Supremo de los Estados Unidos, en votación de 8-1, revocó una sentencia del Tribunal de Apelaciones del Séptimo Circuito que había condenado civilmente bajo el RICO Act y el Hobbs Act a una organización anti-aborto dedicada a impedir el acceso a las clínicas de aborto.

La definición del término “extorsión” bajo el Hobbs Act fue el eje de la controversia en Scheidler v. NOW, supra. Los abogados de la organización NOW invocaron este remedio para impedir que los activistas Pro-Vida, que habían montado una campaña incesante contra las clínicas de aborto, pudieran seguir impidiendo el acceso a dichas clínicas. Los abogados de NOW alegaron que las tácticas amenazantes y violentas de los activistas contra el aborto constituían una obstrucción al comercio mediante extorsión violenta que afectaba el derecho de propiedad de las mujeres que deseaban abortar, y los doctores que deseaban practicar dichos servicios:

“Respondents, throughout the course of this litigation, have asserted, as the jury instructions at the trial reflected, that petitioners committed extortion under the Hobbs Act by using or threatening to use force, violence, or fear to cause respondents to give up property rights, namely, a woman’s right to seek medical services from a clinic, the right of the doctors, nurses or other clinic staff to perform their jobs, and the right of the clinics to provide medical services free from wrongful threats, violence, coercion and fear.”

Un jurado determinó que los manifestantes anti-aborto habían violado las cláusulas civiles del RICO Act. Basado en esa sentencia, el Tribunal emitió un injunction permanente prohibiendo a los manifestantes el continuar la obstrucción a las clínicas de aborto y el uso de violencia o amenazas contra las clínicas, sus empleados y sus pacientes. En apelación, el Séptimo Circuito confirmó la sentencia contra los anti-abortistas.

El Supremo acogió la petición de certiorari y revocó la sentencia, determinando que los manifestantes no habían violado el Hobbs Act, ya que los manifestantes no obtuvieron un bien patrimonial o derecho de propiedad de parte de las víctimas, como requiere el delito de extorsión bajo el Hobbs Act. Escribiendo para la mayoria, el Juez Rehnquist explicó:

we have construed the extortion provision of the Hobbs Act at issue in this case to require not only the deprivation but also the acquisition of property. See, e.g., Enmons, supra, at 400. (Extortion under the Hobbs Act requires a ‘wrongful taking of . . . property’ (emphasis added)). With this understanding of the Hobbs Act’s requirement that a person must obtain property from another party to commit extortion, we turn to the facts of these cases.

El Supremo continuó:

“There is no dispute in these cases that petitioners interfered with, disrupted, and in some instances completely deprived respondents of their ability to exercise their property rights. Likewise, petitionersí counsel readily acknowledged at oral argument that aspects of his clients’ conduct were criminal. But even when their acts of interference and disruption achieved their ultimate goal of shutting down a clinic that performed abortions, such acts did not constitute extortion because petitioners did not obtain respondents’ property. Petitioners may have deprived or sought to deprive respondents of their allegedproperty right of exclusive control of their business assets, but they did not acquire any such property. Petitioners neither pursued nor received ìsomething of value from respondents that they could exercise, transfer, or sell. United States v. Nardello, 393 U. S. 286, 290 (1969). To conclude that such actions constituted extortion would effectively discard the statutory requirement that property must be obtained from another, replacing it instead with the notion that merely interfering with or depriving someone of property is sufficient to constitute extortion.”

El Tribunal Supremo también revocó el injunction civil bajo el RICO Act, ya que dicho injunction dependía de que se probara la extorsión de propiedad bajo el Hobbs Act:

“Because all of the predicate acts supporting the jury’s finding of a RICO violation must be reversed, the judgment that petitioners violated RICO must also be reversed. Without an underlying RICO violation, the injunction issued by the District Court must necessarily be vacated.”

Procede la aplicación del Hobbs Act y el RICO Act si el tribunal establece que los taxistas obtuvieron un bien patrimonial mediante amenaza o violencia de los turistas o conductores de UBER

Durante los últimos meses, múltiples taxistas en las zonas turísticas han implementado un plan coordinado de intimidación y violencia contra los turistas y conductores de UBER, para impedir que los conductores de UBER obtengan su tarifa por sus servicios de transportación. El efecto práctico de dicha conducta criminal (la cual incluye la restricción a la libertad mediante violencia o amenaza de violencia, destrucción de los vehículos de UBER, y el bloqueo total del Puente Dos Hermanos) fue que los turistas se vieron obligados a pagar las tarifas de su viaje a los taxistas, en vez de a los conductores de UBER. Ciertamente el pago del dinero de las tarifas a los taxistas, en dichas circunstancias, constituye una extorsión de dicho dinero. Ver Schneider, supra. (“Extortion under the Hobbs Act requires a ‘wrongful taking of . . . property.”)

Los taxistas pueden argumentar que no incurrieron en un acto de extorsión para privar de las tarifas a los conductores de UBER, ya que los conductores de UBER no tenían derecho a obtener esas tarifas en zonas turísticas, por virtud de la Ley 282 de 19 de diciembre de 2002, la cual regula la transportación pública en dichas zonas. (Ley de Transportación Turística Terrestre de Puerto Rico.)

En otras palabras, estarían invocando la máxima de “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”. Aunque la Ley 282 aparentemente podría excluir a los conductores de UBER de ciertas áreas turísticas, es una interpretación que está siendo disputada en los tribunales. Aun aceptando como cierto que los conductores de UBER no tenían derecho a las tarifas de los turistas en la zona turística, no hay controversia de que los taxistas sí extorsionaron directamente a los turistas, al OBLIGARLOS, mediante violencia o intimidación, a pagarles a ellos por su viaje, en vez de permitirles usar métodos alternos de transportación.

En conclusión, cónsono con la jurisprudencia y el texto de las leyes federales, creo que procedería radicarle una acción criminal en el tribunal federal por violación al Hobbs Act, y un injunction federal bajo el RICO Act para que cesen y desistan de intimidar a los turistas y conductores de UBER, con la intención de privar a los turistas de sus tarifas.

NOTAS

1 La última frase del actor Robinson en la película, mientras su personaje Rico yace moribundo, es: “Mother of mercy, is this the end of RICO?”.