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Cinco consejos para ayudarte en la transición de estudiante a abogado en tus escritos

Actualización: 29 de abril de 2022

Una de las cosas con que muchos estudiantes graduados recientemente contratados en bufetes y abogados luchan es con su estilo de escritura legal.

Puede haber muchas razones para esto, pero una de las principales es sin duda, que la redacción de asignaciones universitarias y para revistas jurídicas está diseñada para un propósito completamente distinto al de la redacción de escritos para una oficina legal. En la universidad se entrena a los estudiantes para escribir de forma parcial, en términos muy técnicos, pero no se les enseña una adecuada capacitación en habilidades comunicativas.

Con ello en mente, a continuación varios consejos para ayudarte en la transición de redactor académico a la del ámbito profesional laboral:

  1. Tu mayor preocupación no debería ser qué dice la ley: El propósito de un escrito académico es demostrar tus conocimientos sobre un tema específico. Las preguntas y escenarios de hechos están diseñados para eso. Pero este no es el propósito de un escrito en el ámbito laboral. En un escrito enfocado en el problema de un cliente, lo importante es encontrar aquellos elementos que puedan ayudar en el caso del cliente. No es que te inventes el Derecho, pero tu búsqueda debe enfocarse en encontrar una respuesta que pueda beneficiarle a tu caso.
  2. El tiempo es esencial: Para propósitos de un trabajo de la universidad, tienes un tiempo límite para terminarlo. Además, realmente no existe un tiempo específico en que puedas determinar que fuiste productivo o no. En la práctica legal es distinto, aquí el tiempo es dinero. No sólo tienes un límite de tiempo para terminar las cosas, sino que el tiempo invertido no puede ser demasiado, ya que tienes otros casos y tareas que atender. Por un lado debes ser efectivo, pero también debes ser productivo, de manera que emplearte sea un beneficio y no una carga. ¿Cómo puedes superar esto? Sabe exactamente lo que estás haciendo. Sabe cómo lo estás haciendo. Planifica específicamente cuánto tiempo crees que debería tomar para lograrlo. Si se trata de una tarea nueva sobre la que no tienes idea, pregunta.
  3. La escritura legal es escribir como una personal normal: No le escribas a clientes en términos legales rebuscados, en latín o demasiado formal. Y no se trata de no emplear vocabulario profesional, sino que tu forma de comunicarte sea efectiva y entendible para tu receptor.
  4. Evita la redundancia: Si una palabra o frase no agrega ningún significado a la comunicación, elimínala. Pruébalo un día. Algunas personas se preocupan porque las oraciones sencillas puedan leerse de forma descortés. Es cuestión de conocer al destinatario y ajustarse de acuerdo a ello. La escritura legal no tiene lugar para el exceso de grasa, solo le cuesta tiempo y dinero a las personas.
  5. Emplea el tono correcto: Esto puede ser difícil cuando no necesariamente estás escribiendo a tus propios clientes, pero necesitas aprender qué tono es el adecuado para cada destinatario. A veces, el contexto puede ayudar: por ejemplo, los correos electrónicos suelen ser menos formales que las cartas o los faxes. A menudo el tono es sobre la naturaleza de la tarea. El trabajo de asesoramiento generalmente es formal, mientras que una nota corta con instrucciones puede no serlo. Necesitas ser educado pero al punto.
  6. A veces no basta con escribirlo: Uno de los mayores desafíos para los abogados jóvenes es aprender cuándo hacer una llamada telefónica en lugar de enviar un correo electrónico. Si no estás de acuerdo con un cliente, entonces el teléfono es probablemente mejor que un correo electrónico o una carta, ya que puede leer el tono de la conversación y adaptarse en consecuencia. Si las noticias son malas, a menudo es mejor hacer una llamada telefónica para plantear el tema y luego una carta con los detalles necesarios. Una llamada telefónica puede suavizar las malas noticias, comunicar simpatía o empatía, responder más rápidamente y evaluar la reacción mejor que un correo electrónico.

Fuente: Tips for Lawyers

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