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Hon. Anabelle Rodríguez Rodríguez y los momentos complejos que enfrentó en el Supremo

Por Daniel Rivera Vargas

En sus 16 años en el Tribunal Supremo de Puerto Rico (TSPR), Anabelle Rodríguez Rodríguez ha logrado atender infinidad de controversias como jueza del alto foro, algunas relacionadas al derecho sustantivo y cómo puede afectar la cotidianidad de las personas que viven en el archipiélago, y otros asuntos de la corte que quizás son más administrativos, como los cambios en la composición del alto foro. Sin embargo, el caso más difícil que le ha tocado manejar —según contó a Microjuris.com—fue sobre derecho de familia.

«Yo te voy a decir un poco cuál ha sido para mí el dictamen más difícil que para mí he tenido que tomar», dijo Rodríguez Rodríguez.

«El caso que más emocionalmente me ha pesado y ha tenido una carga emocional y dura fue una sentencia en la que el tribunal tenía que decidir si el Departamento de la Familia había retirado la custodia de unos padres y había que decidir a quién de los padres había que entregarla… Fue una mera sentencia, no sentó jurisprudencia, pero la carga emocional para mí fue devastadora», explicó la jueza asociada que termina su tiempo en el Tribunal Supremo —por disposición constitucional— el próximo 24 de diciembre, tras cumplir 70 años.

Sobre el caso de custodia que aún recuerda con pesar, la jueza explicó que en el TSPR a los jueces asociados se les asignan caso, lo estudian, lo trabajan, y se le somete una opinión al resto de los jueces, y de haber mayoría, se emite la expresión del tribunal.

En este caso en particular, se trataba de una sentencia, por lo que el caso se circunscribía solo a las partes, contrario a la opinión que establece derecho para todos los ciudadanos de la Isla.

En el caso de esa niña, dijo, «los informes de los trabajadores sociales decían que tanto mamá como papá estaban igualmente cualificados, y tenía serias dudas de si en realidad papá y mamá estaban debidamente cualificados, porque eran en realidad adolescentes, niños también, que habían tenido esta beba, que también habían tenido problemas de uso de drogas, algunos problemas emocionales y demás. Y un poco: ¿qué uno hace? Tienes que resolver a quién le das el niño: al papá o la mamá. Y esa fue una decisión verdaderamente angustiosa para mí porque uno no cuenta con una bola de cristal para mirar al futuro y ver si la recomendación que uno hace al resto de los jueces, de dársela a papá o mamá, es la correcta».

Tras mucha evaluación, tomó su decisión, redactó la sentencia y la circuló entre sus compañeros y, según contó la jueza, «inmediatamente recibí una llamada del juez (Jaime) Fuster (Berlingeri, ya fallecido)”.

«Me dijo ‘oiga Anabelle, yo sentí tu angustia leyendo esta ponencia’, y le dije ‘tiene razón, ha sido lo más difícil que yo hay hecho’, y le explique por qué. No sé si después de 10, 15 años esta era una buena decisión para el futuro de esa pequeña”, contó.

La decisión fue darle la custodia de la menor a la mamá, por una razón particular: la joven aún vivía con su mamá, abuela de la niña, y esta, según la jueza, podía entonces ayudar en la crianza y toma de decisiones de la vida de la nieta.

Este caso fue al principio de su trayectoria en el Supremo, cuando acababa de dejar un periodo muy activo como secretaria del Departamento de Justicia de Puerto Rico, siendo la primera mujer en ser nominada y confirmada para ese puesto.

«Es que es la fibra humana. Mira, el derecho, decía un jurista romano, Celso, es ‘el arte de lo bueno y lo justo’. ¿Estamos siendo justos con esa niña? El futuro de esa niña dependía de lo que 7 personas, 7 en ese momento, resolvieran qué era lo correcto», puntualizó.

La jueza Rodríguez Rodríguez explicó que tras todos estos años, no sabe que pasó con la niña luego de su decisión.

«Te lo digo con toda honestidad, siempre he querido mirar por un hoyito y ver si esa decisión no fue muy errada», indicó.

Contrario a este angustioso incidente cuasi privado, hubo un proceso que le tocó vivir a la jueza: ver cómo —durante la administración del gobernador Luis Fortuño— la corte se ampliaba de siete a nueve jueces.

La jueza declinó opinar en esta entrevista sobre aquel proceso, pero dijo que lo que tenía que expresar sobre este tema lo hizo en su opinión disidente sobre ese tema y agregó que «los años no me han llevado a variar mi posición».

En la decisión In re Solicitud para aumentar el número de jueces en el Tribunal Supremo, la nueva mayoría del tribunal solicitó el pedido de ampliación basándose en temas como la carga de trabajo del tribunal, un argumento al que se opusieron las juezas Rodríguez Rodríguez, Liana Fiol Matta y el entonces juez presidente, Federico Hernández Denton, que escribieron en contra de la decisión.

En el caso de la jueza Rodríguez Rodríguez, fue una disidente extensa de 30 páginas.

«Se utiliza el mecanismo extraordinario provisto en la Sección 3 del Artículo V de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico para aumentar el número de miembros de este Tribunal, sin que este asunto se haya mencionado y mucho menos discutido o deliberado en el Pleno del Tribunal por todos los jueces que componen su plantilla. En otras palabras, los miembros que avalan esta Resolución nunca antes habían planteado la necesidad de buscar mecanismos para atender la alegada “pesada carga”, que se intima, pesa sobre nosotros y sobre la administración de la justicia en el país. El contenido de la Resolución que se certifica hoy no se discutió antes de circularse, como tampoco después», señala la disidente de la jueza Rodríguez Rodríguez.

Otro cambio que ha atestiguado la jueza desde el Supremo ha sido la entrada de la Rama Judicial de Puerto Rico a la Internet, en el que las y los profesionales del derecho han pasado de un mundo en el que todo se hacía en papel desde la secretaría de los centros judiciales, a uno donde las demandas se someten a las 10:00 p.m. desde tu computadora en la cocina.

Y, ahora, bajo el acecho de la pandemia por COVID-19, se han implementado medidas como vistas preliminares por teleconferencia, un paso que algunos juristas advierten que puede ser un golpe duro contra las personas acusadas de delito.

Rodríguez Rodríguez dijo que la comunidad jurídica debe aceptar la realidad de los cambios y adaptarse, incluso a la nueva realidad de vistas virtuales impulsada por las formas de protección ante el coronavirus.

«Hay que procurar que la población togada lo entienda y se le facilite su acceso», indicó la jueza.

«La tecnología llegó para quedarse. De la misma forma que cuando llegó el carro se acabaron los coches a caballo, bueno pues, esa es una realidad con la que no podemos luchar. Está aquí. Si hay algo positivo de la pandemia, entre comillas, es que nos ha obligado a todos a levantarnos en una nueva realidad como sociedad. Y ahora estamos en un periodo de ajuste para hacerla más efectiva», sostuvo Rodríguez

Más allá de asuntos administrativos, cuando se le preguntó a la jueza si hay algo que lamenta que se haya hecho de otra forma durante su estadía en el Supremo, la jueza dijo que en cada ocasión que cuando ha disentido «pienso que el derecho estaba mejor servido», de haberse adoptado su posición como la mayoritaria.

En ese contexto, recuerda en particular el caso de la adopción de una niña por parte de una mujer en el marco de una relación lesbiana, Ex Parte AAR.

La opinión de la mayoría fue no autorizar la adopción y la jueza Rodríguez Rodríguez disintió con firmeza.

Sin embargo, unos años después, la Asamblea Legislativa enmendó la ley después del caso del Supremo federal que legaliza el matrimonio entre personas del mismo sexo.

«Al final del disenso, dije que disentía desde el lado correcto de la historia. Y un poco la historia me dio la razón», indicó.

«Fue un caso que, dicho sea de paso, emocionalmente fue muy difícil. Me parecía extremadamente injusto, regresando otra vez a los romanos —el arte de lo bueno y lo justo— que no se le reconociera a su madre el derecho de adoptar a su hija, sin que esto supusiera que la madre biológica tuviera que renunciar a sus derechos de madre», afirmó la jueza.

«El día que la decisión bajó fue un día muy triste para mí. Y el día que me enteré que esas madres pudieron adoptar fue extremadamente gratificante», mencionó la saliente jueza del Supremo.

Nota de la editora: Esta es la segunda entrega de la entrevista con la jueza Anabelle Rodríguez Rodríguez. En la próxima y última entrega de esta entrevista, la jueza Rodríguez Rodríguez abordará qué le aconsejaría a la persona que ocupe su silla en el futuro.

La primera entrega: Hon. Anabelle Rodríguez Rodríguez: un granito de arena para aportar calidad a la justicia

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