Por el Lcdo. Alexiomar Rodríguez-López
Muchas personas piensan que la palabra mercadeo o marketing digital es sinónimo de ventas, pero esto no es correcto.
Si bien es cierto que el mercadeo y las ventas son parte integral del proceso de adquisición de clientes, cumplen propósitos distintos.
El propósito principal de una estrategia de mercadeo es posicionar tu negocio como la mejor solución para resolver el problema de tu cliente ideal, de manera que te contacten y les puedas ayudar.
Lo anterior incluye aspectos como establecer tu marca, reputación y autoridad; crear conciencia de tu existencia y habilidad para ayudar a resolver problemas particulares; y hacer posible la contratación de tus servicios.
La literatura agrupa estos y otros pasos utilizando diversas ilustraciones gráficas, siendo el embudo de ventas uno de los más famosos.
Este embudo –que va de amplio a estrecho–– se divide en tres etapas principales por las cuales transita tu cliente ideal:
- conciencia (en inglés, awareness)
- evaluación
- conversión
La misión de una buena estrategia de marketing es llevar a tu cliente ideal potencial por las tres etapas.
En términos sencillos, allá afuera hay X número de clientes ideales potenciales a quienes queremos alcanzar para crear conciencia de nuestra existencia.
Crea contenido
La forma más eficiente de crear conciencia es a través de la creación de contenido de alto valor.
Una vez creamos conciencia, queremos ganarnos la confianza de ese cliente potencial para que nos considere entre sus opciones.
Para llevar a alguien que no nos conoce a que nos evalúe como la posible solución a su problema, se requiere tocar base en diversidad de ocasiones (en inglés, touchpaint).
Mientras más esa persona interactúe con nuestro contenido, más probable que se convierta en un prospecto (en inglés, lead).
El próximo paso es convertir a ese lead en un cliente.
Presencia sólida
Para esto necesitarás una presencia online sólida que le de la confianza suficiente para creer que eres capaz de solucionar su problema.
Además, debes incluir en tus plataformas un llamado a la acción (en inglés, call to action) específico, ya sea que te llamen, te contacten por email o separen una consulta.
Una vez el lead toma acción, se configuró la conversión. Pero, el proceso de mercadeo no ha terminado aún.
Cumple la promesa
Llegó el momento de la verdad: tienes que cumplir tu promesa, proveer el servicio y ganarte la lealtad de tu cliente.
Una vez lo hagas, entonces ese cliente se convertirá en prueba de que eres capaz de cumplir tu promesa y contarás con su testimonio para ganarte la confianza de otros clientes ideales potenciales.
Además, un cliente satisfecho es un embajador de tu marca y un vendedor de tus servicios.
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