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El Copyright Claims Board: ¿oportunidad o amenaza?

Escribe el licenciado Jean G. Vidal-Font del bufete Ferraiuoli LLC.

Por el licenciado Jean G. Vidal-Font (Ferraiuoli LLC)

Hasta hace poco, un creador o artista cuyos derechos de autores fuesen violados, tenía un solo remedio: acudir al tribunal federal (se acude al tribunal estatal únicamente con alegaciones de derechos morales). Como todo litigio, pero en particular los de derechos de autor, esto conlleva –o puede conllevar– una inversión sustancial. A partir del 16 de junio de 2022, cualquier autor o dueño de derechos de autor puede optar por un remedio administrativo para legitimar sus derechos, sin tener que acudir a los Tribunales. Se trata del Copyright Claims Board, mejor conocido como el “CCB”, el cual fue creado mediante legislación durante la pandemia de COVID-19. El CCB es un foro voluntario (en otras palabras, la parte contra quien se reclama puede optar de no participar en el mismo) y está limitado a reclamaciones que no excedan treinta mil dólares ($30,000.00).

El proceso está diseñado para evitar las complejidades que usualmente acompañan las acciones legales, empezando por la forma de entrar y someter la reclamación, la cual se hace en el Portal del foro (localizado aquí: https://dockets.ccb.gov/). Siendo éste un procedimiento voluntario, la parte contra quien se reclama, – el alegado infractor –, puede optar de participar o no en el proceso. Si bien existe la posibilidad de que al participar en el CCB reciba reclamaciones más frecuentes ya que es menos costoso el proceso, existe un incentivo para que los que reclamen limiten estos reclamos a menos de $30,000.00

Ahora bien, no hay que esperar a recibir una reclamación para optar por no participar en el CCB. El mismo portal permite que uno sea proactivo y decida no participar de manera absoluta. Dicha solicitud se hace en la sección de Opt Out, localizada aquí: https://dockets.ccb.gov/optOut/index.

¿Por qué una compañía (o persona) optaría por no participar, si el proceso se supone que sea uno eficiente y de bajo costo? Precisamente porque se debe crear un balance entre cuán conveniente resulta un proceso más ágil pero más accesible en tu contra o mantener el disuasivo de una litigación federal con los costos que acarea, así como la necesidad de contratar peritos para probar daños. Las compañías que tienen un buen programa legal para defenderse de reclamaciones pudiesen optar por defenderse en los tribunales, pero, por otro lado, los start-ups pudiesen ver el valor de someterse al CCB y de esta manera, intentar disminuir su exposición en costos y honorarios.

Con mayores canales para compañías desenvolviéndose en creación de contenido, ya sea en redes sociales, publicidad y en medios tradicionales, el riesgo de violaciones de derechos de autores aumenta, particularmente si no hay un sistema robusto de verificación de contenido, cadena de titulo (autoría) y cumplimiento de licencias. Así, es posible que la creación e implementación del CCB abra las puertas a un mar de reclamaciones, quizás validas, pero mucho más numerosas de las que existen en la actualidad, de esta manera, obligando a sopesar las oportunidades y retos en la protección y licenciamiento de derechos de autores.