Cuando tomas la reválida de derecho general no estás seguro o segura de cómo fue tu desempeño, si aprobaste o no aprobaste. Sales y te preguntan: ¿Cómo te fue? Contestas que crees que te fue bien, pero ni idea.
«Uno se va con esa incógnita. Cuando llegan los resultados, pues ves que fracasaste. Uno entra a las redes y siempre quien lo pasa lo anuncia y ves las felicitaciones y ese momento es un momento de duelo porque nadie publica las derrotas. Es un proceso duro de introspección».
Esta fue la experiencia del licenciado Abraham Cortés Vélez cuando recibió la noticia de que no había aprobado el examen de la reválida. El abogado describe el proceso como un duelo en el que reflexionas y analizas qué hiciste mal y qué debiste haber hecho mejor.
«Luego que pasa ese duelo, comienza volver a arrancar. Ahí va a depender de si tu puntuación fue bastante cercana a la puntuación del pass porque así puedes pedir la libreta de la contestación de tu examen y ahí puedes evaluar si te fue bien o no y en qué fallaste», detalló.
Cortés Vélez destacó que «colgarse en la reválida es un tabú». Aunque la mayoría de las personas no pasa la reválida, es una situación que se minimiza.
«Usualmente está la presión de tu familia, está la presión de a quien le comentaste que te estás preparando para la reválida. Si ya te cuelgas una vez, la presión es si vuelvo a repetirlo. Yo en lo personal tengo compañeros que considero más brillantes que yo y tomaron la reválida una vez y no la quisieron volver a tomar. El choque es en el ego. Ese ego de ser un abogado que cumpla estrictamente con las expectativas de la profesión, que seas competente, que seas conocedor de todo», afirmó.
Ante esto, el ahora licenciado, quien tomó la reválida más de dos veces, aseguró que toda persona debe tener una conversación consigo misma y entender que es solo una de muchas etapas.
«Es una presión de cumplir expectativas de terceros que uno tiene que dejar a un lado. Una cosa es decirlo y otra cosa es poder hacerlo, mentalizar eso y poder lograrlo. Pero, una vez tú logras eso, dices: ‘Bueno, yo voy a tomar la reválida cuantas veces sea necesario porque esta es la profesión que yo elegí y esto es lo que yo quiero hacer'», compartió.
Con relación al proceso de preparación, el abogado indicó que la primera vez que tomó la reválida consideró los consejos que dan las y los profesores a través de todos los cursos y un bosquejo temático con lo que publica el Tribunal Supremo de Puerto Rico. «Uno arranca con eso y los mamotretos. La primera vez uno intenta cubrir todos los temas».
«Lo que yo pude notar, que hice distinto cuando volví a hacer el examen, fue enfocarme en los temas que se han discutido a través de los años en las preguntas abiertas. Realmente esa fue la diferencia. Yo estaba usando los mamotretos de Miguel. Él tiene unos mamotretos cortos que recogen todas las doctrinas discutidas en las preguntas de discusión. Cuando la tomo otra vez, estudio menos que en la primera ocasión. Me preparé en los temas que se discuten en las preguntas de discusión, que son los que vienen a través de todo el examen», mencionó.
Cuando cambia el «mindset»
En el caso de la licenciada Karen Cardona Rodríguez, cuando recibió el No Pass sintió como si le cayera un balde de agua fría.
«Estuve como una semana llorando. Yo decía: ‘Wao, perdí tres meses. Tengo que esperar tres meses más y tengo que ver cómo voy a pasar todo ese proceso otra vez’. Fue tan drenante para mí que hasta sufrí de alopecia y todo por la presión de que no pasé el examen. Mis amistades, con las que yo había estudiado, sí lo pasaron y uno se alegra por ellos, pero una dice: ‘¿Qué está mal?'», rememoró Cardona Rodríguez.
La abogada, quien aprobó la reválida con una puntuación de más de 95% cuando la tomó por segunda vez, confesó que fueron tres meses fuertes de estudio en los que lloraba y tuvo recaídas emocionales.
«No te puedo decir que estaba estable emocionalmente porque no lo estaba. Yo sufrí ataques de pánico. Honestamente, no lo voy a endulzar porque no fue un proceso emocionalmente estable. Mis energías las recargaba en mi esposo, que en ese momento era mi novio, y en mi familia», expresó.
Sin embargo, al igual que Cortés Vélez, en el proceso de reflexión e introspección, la licenciada supo que debía prepararse de una forma distinta.
«Dije: ‘Yo voy a entrenarme para el examen’. El examen consta de multiple choice y preguntas. Pues dije que todos los días me iba a sentar a hacer multiple choice y preguntas. Sin ningún tipo de distracción y eso fue lo que hice, además de repasar el material. Ya el material me lo sabía y como había cogido la reválida también sabía que me iba a esperar el día del examen. No me enfoque en leer en material, sino en practicar», sostuvo Cardona Rodríguez.
Según la licenciada, uno de los aspectos más importantes que aprendió del proceso es no se trata de solo estudiar, sino de prepararse para el examen.
«En la universidad la reválida también es un tabú y te la pintan como un cuco en vez de dirigir esa mirada hacia lo que es: un examen estandarizado al que te tienes que preparar para hacerlo», resaltó.
Aunque cada persona tiene una forma diferente de estudiar y prepararse para los exámenes, la licenciada compartió los siguientes consejos para quienes tomarán la reválida nuevamente.
- Cambia el escenario de estudio
Muchas veces cambiar de lugar de estudio ayuda porque leer y estar en un mismo lugar por mucho tiempo puede cargarte emocionalmente.
- Buscar cómo recargar energías
Para Cardona Rodriguez, estudiar junto a su perro le ayudó a recargar energías. “Eso ayuda a que el ambiente no se sienta tan cargado”.
- Cambia el «mindset»
Entrenarte para el examen no es lo mismo que estudiar. «Es como cuando vas a competir. No es aprender a correr, es entrenarte para hacerlo bien. No es que vas a estudiar. Ya sabes el material, ya lo has estudiado tres, cuatro o cinco veces. Vamos a practicar».