Descarga el documento: Shaw v. United States, 580 U.S. ____ (2016) (PDF)
Una persona puede ser encontrada culpable de fraude bancario aunque su intención no hubiera sido defraudar al banco sino al depositante bancario, detalla una reciente decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos.
El juez Stephen Breyer escribió la opinión mayoritaria en el caso Shaw v. United States, en el que la curia rechazó los argumentos de Shaw sobre los requisitos del delito de fraude bancario y devolvió el caso al Noveno Circuito de Apelaciones de San Francisco para la consideración de una controversia restante sobre instrucciones al jurado.
Shaw obtuvo información sobre una cuenta de banco de un empresario extranjero y la utilizó para transferir fondos desde las cuentas del empresario a la suya. Se le encontró culpable –bajo una ley federal—que convierte en delito en llevar, con conocimiento de hecho, un esquema para defraudar a una institución financiera u obtener dinero o cualquier otra propiedad perteneciente o controlada por una institución financiera por medio de pretensiones falsas o fraudulentas.
La representación legal de Shaw argumentó que este no era culpable bajo esa ley pues su esquema no estaba dirigido a engañar al banco sino al depositante. Breyer puntualizó que ese argumento presentaba una falla, y es que el banco tiene derechos propietarios sobre la cuenta del empresario porque puede utilizar dicho dinero como la fuente de prestamos o para generar intereses.
«Exigir más, es decir, exigir el conocimiento real de las bondades de la ley de propiedad relacionadas con el banco, liberaría (o condenaría) a los acusados igualmente culpables dependiendo de su experiencia en derecho de propiedad – un resultado arbitrario», escribió Breyer.
«Por lo tanto, a los efectos de la ley de fraude bancario», escribió Breyer, «un esquema fraudulento para obtener fondos de la cuenta de un depositante bancario es también un esquema fraudulento para obtener propiedad de una ‘institución financiera’, al menos en situaciones como esta en la que el acusado sabía que el banco tenía los depósitos, los fondos obtenidos provenían de la cuenta de depósito y el demandado engañó al banco para obtener esos fondos».