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Variado el debate durante vista pública sobre ética en el Supremo federal

Las polémicas en torno a los jueces del Tribunal Supremo Estados Unidos fueron analizadas el martes por una comisión del Congreso.

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Por Daniel Rivera Vargas

Con la ausencia de los jueces asociados del alto foro judicial federal, el Senado de Estados Unidos celebró una vista pública sobre una reforma ética en el Tribunal Supremo de Estados Unidos.

El presidente de la comisión de lo jurídico, Richard Joseph Durbin, recordó al inicio de la vista que el juez presidente John Roberts se excusó de participar alegando en parte violación a la separación de poderes e independencia judicial.

Se atrincheran jueces federales mientras Congreso evalúa reforma ética

El senador dijo que los jueces asociados del Supremo federal han comparecido a audiencias congresionales en 92 ocasiones desde la época del sesenta.

«Ser un juez federal es una posición de gran honor y poder, pero sobre todo son servidores públicos. Es crítico para la democracia que el pueblo tenga confianza de que los jueces no pueden ser comprados o influenciados, que sirven al interés público no el interés persona», dijo el senador Durbin.

Junto al anuncio de Roberts de que no asistirán, los jueces asociados en conjunto enviaron una «declaración de principios y prácticas éticas», que Durbin resumió en las vistas.

De igual forma, planteó que la más alta corte de la nación tiene los estándares éticos más bajos.

El tema de la ética de los jueces del Supremo y la ausencia de unas reglas éticas que les impongan restricciones, ha tomado fuerza en el debate público reciente por varios incidentes como que el más veterano de los jueces, Clarence Thomas no haya revelado en sus informes financieros viajes y estadías pagadas por un empresario.

También cuando el juez asociado Neil Gorsuch no divulgó el nombre de la persona que le compró una propiedad a pesar de tratarse de alguien asociado a casos ante el alto foro.

Detalles de la vista pública

«¿Cuán bajo va a caer la corte?», cuestionó Durbin al enumerar algunos de estos episodios.

El tema tiene ribetes políticos. El senador republicano Lindsey Graham sacó una pancarta diciendo que los demócratas amenazan a la corte con citas de legisladores de ese partido en contra de jueces asociados.

La mayoría de los jueces del alto foro en la actualidad han sido nombrados por presidentes republicanos.

«Tratan de restarle legitimidad a una corte conservadora», dijo Graham.

Mientras, el senador Sheldon Whitehouse, autor de una medida para poner regulaciones éticas a los jueces enumeró diversas instancias relacionadas a asuntos éticos, incluyendo una querella de 2011 que no ha sido atendido.

«La corte ha demostrado que no puede autoregularse», dijo.

En lugar de los jueces, a la vista comparecieron expertos en asuntos legales, como el exjuez y director ejecutivo del Instituto Judicial Berkeley, Jeremy Fogel, quien dijo que encuestas de opinión evidencian como solo una tercera parte del público confía en la corte.

Habló incluso sobre cómo antes las personas mostraban más confianza al foro judicial. Dijo que parte de esa pérdida de confianza del pueblo se debe no solo a decisiones judiciales controversiales, sino al ambiente politizado y el alcance de la desinformación en las redes sociales.

En esta coyuntura, sostuvo que la falta de claridad ética alrededor de la corte no ayuda a combatir estas realidades.

«Quiero estar claro de porqué estoy aquí. No estoy para criticar la conducta de un juez en particular, ni tomar posiciones en asuntos políticos. Estoy aquí porque pienso que se necesita hacer más. Durante las pasadas décadas la corte ha sido una de las instituciones más respetadas en el gobierno y ese estatus se ha erosionado significativamente», dijo Fogel.

«La corte necesita mayor transparencia», sostuvo Fogel.

Por su parte, el exjuez y exprocurador general de Estados Unidos, Michael B. Mukasey dijo que el Congreso no puede imponer un código de ética al Supremo Federal por la misma razón que solamente el Congreso puede autoimponerse reglas éticas, esto como parte de la estructura básica del gobierno de que haya separación de poderes.

Para el vicepresidente y director senior de ética del Centro de Campaña Legal, Kedric Payne, hay cuatro provisiones éticas que tienen las ramas ejecutiva y legislativa del gobierno federal, y que no aplican al Supremo de Estados Unidos. Estas son:

  1. No tiene un cuerpo interno ético para consultar e investigar alegaciones, colocando a los jueces a buscar opiniones en fuentes anónimas
  2. El tribunal Supremo no tiene un código ético obligatorio
  3. El Supremo no revela información sobre los viajes -algunos recreativos- pagados por otras personas
  4. Carece de requisitos claros de recusación, por lo que el público está «a oscuras» sobre si se atendieron conflictos de interés

Si el tribunal tomará como modelo la forma en que los poderes ejecutivos y legislativos atienden estos cuatro asuntos, se fortalecería la percepción pública al alto foro judicial, añadió.

«La Corte Suprema tiene los más bajos estándares éticos en el gobierno», dijo Payne.

Separación de poderes

Para Thomas H. Dupree Jr., socio del grupo de práctica constitucional Gibson, Dunn & Crutcher, fue enfático que es violatorio de la separación de poderes la imposición congresional de un código de conducta a los jueces, analizar históricamente cómo se llegó a la óptica de que todos los poderes tienen igual importancia y advirtió que algunas disposiciones propuestas han sido descritas en el pasado como legalmente problemáticas.

«En mi experiencia, hablando como alguien que ha litigado ante cientos de jueces federales en el país, los hombres y mujeres en nuestro foro federal tienen enorme integridad, aun cuando esté en desacuerdo con el resultado de alguna decisión, no dudo nunca que estos jueces dan el máximo de lo que Dios les dio para fielmente interpretar la ley y la constitución de nuestra gran nación», mencionó Dupree.

Mientras, Amanda Frost, profesora de investigación de la Universidad de Virginia y ofrece cursos de ética, dijo que la independencia judicial no es el tema de la vista y que, a la luz del texto de la Constitución, su estructura y la práctica histórica apuntan a que el Congreso tiene autoridad para regular ética judicial.

Pero, agregó, «los jueces han fallado en cumplir con la legislación ética aprobada por el Congreso que específicamente aplica a ellos», dijo la profesora.

Frost repasó que desde los inicios del establecimiento de la república se han aprobado leyes que regulan de alguna forma al Poder Judicial, y que la separación de poderes no se supone que represente completa independencia entre las ramas, como lo demuestra el hecho de que existe el principio de «pesos y contrapesos» entre los poderes constitucionales.

Proyectos en el Congreso

Hay varios proyectos congresionales sobre restricciones éticas al Supremo federal, incluyendo uno presentado en febrero, que propone la designación de un abogado o abogada con un término de cuatro años para diseñar reglas éticas para el Supremo y un mecanismo para que los ciudadanos presenten querellas éticas.

De igual forma, se presentó otro proyecto bipartita que establece la forma en que se debe aprobar un código de conducta en el alto foro.

Asimismo, la American Bar Association aprobó recientemente una resolución en la que urgen la aprobación de un código de ética y el documento comienza con la frase «ningún hombre está por encima dela ley».

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