A partir del próximo miércoles, Estados Unidos podría incumplir con los pagos de sus deudas, lo que tiene a los representantes de la administración demócrata Joe Biden inmersos en una negociación con la Cámara de Representantes controlada por los republicanos con el fin de evitar un efecto en cadena que afectará programas sociales en territorio federal e instrumentos financieros de forma global, según Federico de Jesús, consultor en Wahington D.C.
Lo que se busca actualmente es «subir» el techo de la deuda. Por lo que, los demócratas necesitan el voto republicano, quienes a su vez están aprovechando para tratar de poner trabas al próximo presupuesto, que entraría en vigor el primero de septiembre, indicó el consultor.
«Estamos Unidos siempre ha pagado su deuda», resaltó Jesús.
De lo que se trata, según argumentó, es de evitar algo que no ha ocurrido nunca porque «Estados Unidos siempre ha pagado sus deudas».
«El primero de junio Estados Unidos no puede seguir cogiendo prestado porque ya alcanzó el techo de la deuda. Eso llevará a un ejercicio de ver cómo se van a pagar diversas obligaciones, pero ciertamente no se podrá pagar la deuda, que incluye los bonos del Tesoro Federal, considerados entre los más seguros del mundo», sostuvo de Jesús. «Esto amenaza la confianza en el dólar».
El efecto podría incluir que se dejen de pagar programas como el Seguro Social y Medicare, y que aumenten las tasas de interés para préstamos e inversiones.
Algunas casas acreditadoras han comenzado a expresarse de forma negativa sobre los bonos del gobierno de Estados Unidos, indicó de Jesús.
De hecho, algunas agencias están internamente ordenando que ciertas obligaciones se paguen en fechas diferentes a las usuales.
El consultor explicó que, en esta etapa se encuentra en un escenario particular adicional, y es que los cuerpos legislativos entraron ayer en un receso hasta el lunes por la conmemoración federal de Memorial Day, así que la mayoría de los congresistas ya se fueron de la Capital federal hacia los diferentes estados.
Dijo, además, que las negociaciones continúan con representantes de Biden y del líder cameral McCarthy.
El receso federal con el posible impago a comenzar el primero de junio crea, según de Jesús, la tensión adicional de que aun cuando se logre un acuerdo los poderes legislativos y ejecutivos están contra el reloj porque:
- Hay que preparar el documento
- Convocar a los congresistas -de acuerdo al reglamento debe ser con 72 horas de antelación. McCarthy podría cambiar ese requisito
- Que lleguen los legisladores de sus respectivos estados a votar
- Que estos voten primero en la Cámara
- Luego votar en Senado para que Biden lo firme. Todo eso en siete días, o menos
Manifestó que esto es diferente a lo que se ha visto en las presidencias de Barack Obama y Bill Clinton, donde hubo cierres parciales del gobierno porque en aquel momento hubo tranques en la aprobación del presupuesto, que entra en vigor cada primero de septiembre.
De Jesús comentó que al ser una ley lo que impone el techo de la deuda, toda esta situación es un caos financiero totalmente «autoinfligido, innecesario, artificial».
Explicó que incluso se llegó a discutir recientemente eliminar esa ley del techo de la deuda, pero el presidente Biden calificó la movida de irresponsable, pero la realidad es que no tenía los votos en el Senado por figuras como Joe Manchin.
En Puerto Rico ya ocurrió un incumplimiento con las deudas, lo que conllevo poco después a que se aprobara la Ley PROMESA para detener los pleitos legales y permitir una reorganización.
En el caso de Estados Unidos, no habría quién rescate a Estados Unidos, pero se plantea que hay una obligación constitucional federal a pagar la deuda y que en todo caso el presidente podría ignorar.
O, en todo caso, hay personas «serias» que, ante la teoría de que se trata de una situación artificial, han expresado que Estados Unidos puede fabricar «una moneda de un trillón de dólares» para pagar la obligación de deuda pendiente al primero de junio.
Desde la óptica positiva, de Jesús opinó que ha habido avances en las negociaciones y tanto demócratas como republicanos ya han comenzado a hacer concesiones. «Eso son buenas señales», mencionó.